Opinión

Gema López-Menchero Mínguez

Hacia una Iglesia Sinodal

Cuántos pasos en tan poco tiempo

7 de mayo de 2025

Estaba pensando y leyendo todo lo que nos ha pasado en poco tiempo y me ha venido la frase… Cuantos pasos hemos dado en tan pocos días. Bien que la palabra Pascua, viene de la palabra hebrea Pesaj, el paso por alto de Dios por el pueblo hebreo que evitó que sus primogénitos murieran y se los llevara y, en un momento de intenso sufrimiento, se permitiera la salida del pueblo hacia la libertad (Éxodo 12) … Bien nuestra Pascua sigue el mismo concepto, el paso de la esclavitud a la libertad, hacia la salvación, y Jesús, para realizarla, eligió morir… parece que la muerte siempre libera… lo creeré por mi bien.

Nosotros, los católicos, nos preparamos para pasar la Semana Santa, nuestro triduo nos va marcando los tres días de dolor: el Jueves Santo, donde todos sabemos lo que vendrá (y no es hacer spoiler), Jesús debió disfrutar esa cena con sus amigos, eso sí lo creo totalmente, aunque Él también sabía lo que vendría después; el Viernes Santo siempre me sobrecoge, sobre las tres de la tarde, el Señor ha muerto y casi respiras con resignación y alivio, como cuando te dicen que alguien conocido acaba de morir y dentro de tu pesar, piensas… ya ha dejado de sufrir… la muerte también hace sufrir, pero da descanso… también lo creeré por mi bien…; el Sábado Santo me parece de una tristeza inaudita, es como si no existiera nada, es un día vacío. Él no está pero, ya me perdonara la santa madre Iglesia, yo a Jesús no lo veo en los infiernos, ni loca… Y al fin todo llega y llega la Vigilia de la Pascua, ese pasar de la muerte a la vida que da sentido a nuestra fe, a nuestro espíritu perturbado, miedoso y dubitativo… Y gritar “El Señor ha resucitado” es la máxima expresión de alegría que últimamente sale de mi boca, por que una se hace mayor y las alegrías ya no son como las de antes y ésta merece la pena gritarla, cantarla y proclamarla…

Y en esas estábamos, mas felices que unas Pascuas, cuando Francisco decidió pasar al Padre… o mejor, el Padre decidió que ya era hora de que Francisco pasara a degustar la otra vida con Él… Y no paso por alto la muerte de Francisco… nos dejó a todos, ese lunes de Pascua, sin habla, sin creerlo en un primer momento, yo pensaba, no puede ser, es una fake, no puede ser, quedan muchas cosas por hacer, aún te necesitamos muchos, para muchas cosas, tienes que seguir yendo a las periferias, tienes que seguir hablándonos de lo bueno que es soñar, tienes que repetirnos mil veces más que nuestra Iglesia es una Iglesia de Evangelio, de Jesús y de pobres. Porque, anda que no nos cuesta entenderlo, tienes que seguir diciendo que los curas huelan a oveja como buenos pastores, tienes que afearnos otra vez lo mal que lo estamos haciendo con los migrantes, tienes que seguir apostando por las mujeres como colaboradoras fieles de nuestra Iglesia, tienes que seguir abriendo la puerta para que quepan todos, todos, todos… tienes que terminar el año de la Esperanza, tienes que seguir apoyando el Sínodo… tienes, tienes…

Porque tu estabas seguro de que esto del Sínodo, había venido para quedarse, que no había marcha atrás y tu no querías que la hubiera. Te aseguraste bien, hasta desde una cama de hospital, de que los que lo hemos trabajado sigamos, los que lo dejaron lo retomen, los que creían que se había acabado despierten… querías que todos, todos, siguiéramos en pie con esperanzas renovadas. Por eso nos convocaste este año de la esperanza, para coger fuerzas y llegar al año 2028 sin desfallecer.

Y ahora, otro no pasar por alto de cosas, un cónclave…, otro Papa… Este paso me da miedo, mucho miedo, primero porque las comparaciones son odiosas y a ver quién es el guapo, que supera a Francisco en carisma y, segundo ¿quién será, como será? …Y, sin embargo el Espíritu está ahí…, eso también lo creo…

Empezamos un nuevo mes. Cuantas cosas nos pasaran en este mes de mayo, que no deja de ser, gracias al cielo el mes de María, Madre del Señor, la mejor mediadora que podíamos tener para todo. Ya nos lo ha dejado claro Francisco.

Aquí lo dejo porque tengo que seguir curándome la tristeza de la ausencia que me ha dejado Francisco, cosa muy humana, echar de menos a los que se nos van, aunque sepamos que están en la mejor compañía, en la mejor presencia… Ahora tú rezaras por nosotros. Gracias, padre.

Cuantas cosas, nos han pasado y nos van a pasar en poco tiempo… Feliz Pascua. Seguiremos.

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