Enviados por nuestro arzobispo D. Carlos Escribano, tres miembros del equipo sinodal diocesano, los laicos Mª José Sánchez, Susana Pérez y Angel Lorente, acompañados por el párroco, el redentorista, D. Jorge Ambel, hemos vivido como un don y gracia el jubileo de los equipos sinodales en Roma del 24 al 26 de octubre en Roma.
Cruzamos la puerta santa en procesión los 2000 participantes en este jubileo y escuchamos una homilía que nos impactó, pronunciada por Monseñor Marín, de la Secretaría General del Sínodo. También hemos participado en un encuentro-diálogo con el papa León y en una eucaristía presidida por él en la basílica de san Pedro con una homilía con fuerte contenido sinodal que recomendamos leer en la web de la Santa Sede.
Además, hemos disfrutado en el Aula Pablo VI de ponencias, testimonios de todos los continentes, seminarios, grupos de trabajo y de un ejercicio de la conversación en el Espíritu. Nos hemos encontrado con otras diócesis españolas y de América Latina en los grupos en lengua española. ¡Cuánto trabajo sinodal se está haciendo en todo el mundo! Resuenan en nosotros todavía algunas de las claves del sínodo: espiritualidad sinodal, conversión de las relaciones, de los procesos y de los vínculos, primacía del Espíritu, escucha, discernimiento, toma de decisiones, evaluación… Los frutos y dificultades de todo el proceso sinodal son bastante parecidos en todo el mundo, también en nuestra diócesis y por eso es un tema central en el plan pastoral diocesano VITA la fase de implementación del sínodo.
Recordamos con gozo la buena acogida en la casa de los Trinitarios, donde nos alojamos. Hemos regresado con un mayor sentido de pertenencia a la Iglesia universal y más convencidos de querer ser “misioneros sinodales”, como encargo de nuestra iglesia diocesana y de nuestro pastor. Damos gracias a Dios por este momento de gracia vivido por los cuatro participantes y desde aquí os animamos a implementar el sínodo en nuestras parroquias, comunidades y grupos.
