Carta del Arzobispo: «El sínodo continúa»

Carlos Escribano Subías
12 de diciembre de 2025

La Iglesia universal y las Iglesias particulares seguimos inmersas en la tarea de implementación del sínodo de la sinodalidad y en concreto de la acogida del Documento Final (DF) del mismo y de su aplicación en nuestra Iglesia diocesana.

En verano (29-6-2025) la Secretaría General del Sínodo nos ofreció un documento titulado “Pistas para la fase de implementación del Sínodo 2025-2028” en la que se proponen algunas cuestiones a considerar a la hora de llevar adelante esta tarea: los responsables de desarrollar esta propuesta, la metodología adecuada para llevarla a cabo, la importancia del DF y la propuesta de un calendario que culminará en 2028 con una Asamblea eclesial General sobre la acogida sinodal en el Vaticano.

En la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de este mes de noviembre pasado, se aprobaron las “Propuestas para la aplicación de la sinodalidad en las diócesis”, elaborado por el Equipo Sinodal de la Conferencia Episcopal. Entre esas propuestas se encuentran unos materiales que nos pueden ayudar a profundizar en los contenidos del DF, en algunas cuestiones metodológicas (profundizar en el discernimiento eclesial y en la espiritualidad sinodal) o en asuntos de interés para la concreción práctica de la sinodalidad (la renovación de los consejos y los órganos de participación, la rendición de cuentas en asuntos pastorales y económicos, el acceso de los laicos a tareas de responsabilidad, la renovación misionera/sinodal de las parroquias o la formación al estilo sinodal). Materiales que irán acompañando nuestros procesos a lo largo de todo el 2026. Estamos llamados a hacerlo conforme a un espíritu que debe marcar siempre este camino sinodal y que el papa León XIV nos recordaba en su homilía del Jubileo de los equipos sinodales, al hablarnos del discernimiento eclesial: este “requiere «libertad interior, humildad, oración, confianza mutua, apertura a las novedades y abandono a la voluntad de Dios. No es nunca la afirmación de un punto de vista personal o de grupo, ni se resuelve en la simple suma de opiniones individuales» (DF. 82). Ser Iglesia sinodal significa reconocer que la verdad no se posee, sino que se busca juntos, dejándonos guiar por un corazón inquieto y enamorado del Amor”.

También el equipo diocesano sinodal de la diócesis de Zaragoza está elaborando algunas propuestas que faciliten está tarea, apostando por la concreción en algunas cuestiones prácticas conforme a lo que el DF subraya reiteradamente: “corresponde a las Iglesias locales encontrar los modos adecuados para poner en práctica estos cambios” (DF 94). Este es el precisamente el desafío que plantea la fase de implementación: “la fase de implementación tiene como objetivo experimentar prácticas y estructuras renovadas, que hagan que la vida de la Iglesia sea cada vez más sinodal, partiendo de la perspectiva integral trazada en el DF, con vistas a una realización más eficaz de la misión de evangelización”.  (Documento de Pistas para la fase de implementación del sínodo de la SGS, p. 7)

El sínodo continúa. Os animo a seguir participando en el proceso sinodal a toda la comunidad diocesana.

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