En la retina y en el corazón de muchos de nosotros está todavía el encuentro de Pentecostés que celebramos la noche del pasado 7 de junio en la Plaza del Pilar, con motivo del año Jubilar 2025 y dentro de la programación de nuestro plan diocesano de pastoral VITA. Muchas gracias por la respuesta generosa a la convocatoria y por acoger con tanta alegría el envío misionero: ¡queremos ser signo de esperanza para nuestra tierra!
Además de las peregrinaciones a Roma para hacerse presentes en los distintos jubileos que se están dando a lo largo del año y en los que participan algunos fieles diocesanos, también en nuestra diócesis se están dando peregrinaciones o encuentros jubilares para vivir este gran acontecimiento eclesial. Baste recordar el jubileo de las cofradías, el de las religiosas contemplativas, el del apostolado seglar, el de los presos, el de las familias, el de Pentecostés ya referido y muchos otros. Además de diversas peregrinaciones a los templos jubilares señalados en la diócesis por parte de parroquias, comunidades y arciprestazgos.
El papa Francisco nos recordaba la importancia de la peregrinación en el marco del Jubileo, en su Bula de convocatoria. En ese contexto jubilar se quiere celebrar este año la procesión del Corpus Christi de modo extraordinario. Así el día 22 de junio, la procesión del “Corpus” ampliará su trazado habitual, yendo más allá de la Plaza del Pilar y transitando por algunas calles del casco histórico de Zaragoza.
El papa Benedicto XVI nos recordaba en su homilía del Corpus de 2008, la importancia de caminar junto al Señor con Aquel que es el Camino: “La procesión del Corpus Christi nos enseña que la Eucaristía nos quiere librar de todo abatimiento y desconsuelo, quiere volver a levantarnos para que podamos reanudar el camino con la fuerza que Dios nos da mediante Jesucristo. (….) Cada uno puede hallar su propio camino, si se encuentra con Aquel que es Palabra y Pan de vida, y se deja guiar por su amigable presencia. Sin el Dios-con-nosotros, el Dios cercano, ¿cómo podemos afrontar la peregrinación de la existencia, ya sea individualmente ya sea como sociedad y familia de los pueblos?”. La experiencia de procesionar con Jesús Eucaristía nos enseña que el Maestro no nos deja solos en el camino, nos acompaña y nos muestra la dirección, el camino adecuado para alcanzar junto a Él la virtud de la esperanza y poder proponerla a nuestros hermanos.
La importancia de caminar juntos también nos la recuerda el papa León XIV: “Somos un pueblo en camino. Esta conciencia no nos aleja, sino que nos sumerge en la humanidad, como levadura en la masa, que la fermenta toda. El año de gracia del Señor, del que es expresión el Jubileo, tiene en sí este fermento. En un mundo quebrantado y sin paz el Espíritu Santo nos educa a caminar juntos” (Homilía del Jubileo de los Movimientos, 7de junio). Sí, a caminar con Él y con nuestra gente, para ser así portadores de esperanza.
En este año jubilar os invito a participar en la procesión extraordinaria del “Corpus”, como signo de esperanza para nosotros y para Zaragoza. Queremos ser peregrinos de esperanza. Os invito a caminar junto a Él en la Custodia y dar de nuevo testimonio público de nuestra fe.