Barbastro-Monzón clausura el Año Jubilar de la Esperanza y se prepara para el Jubileo de san Ramón

Ascen Lardiés
28 de diciembre de 2025

Coincidiendo con la fiesta de la Sagrada Familia, la Diócesis de Barbastro-Monzón ha celebrado la clausura del Año Jubilar de la Esperanza, con un programa iniciado en la iglesia de los Escolapios con la solemne oración presidida por el obispo, Mons. Ángel Pérez Pueyo, y solemnizada por el Coro BARMON. A las puertas del templo y junto al navideño nacimiento instalado en la Plaza de la Constitución, la imagen de la Virgen de la Esperanza, de la Cofradía de Jesús Atado a la Columna, aguardaba el inicio de la procesión extraordinaria que ha recorrido el centro de Barbastro.

Tras el incensario, la cruz guía con dos ciriales y el estandarte de la Cofradía, el paso ha rodeado la Catedral de Barbastro acompañado por su sección de instrumentos, el obispo y los sacerdotes diocesanos, la Junta Coordinadora de Cofradías de Semana Santa, los presidentes y presidentes de honor de las cofradías y numeroso público. Debido a las obras que se están realizando en las cubiertas del templo, la entrada a la iglesia se ha realizado por la Plaza Palacio y la imagen ha presidido la eucaristía de clausura en la que han participado fieles de los cuatro arciprestazgos.

Acompañado de casi cuarenta sacerdotes, don Ángel ha comenzado su homilía afirmando que «en esta fecha -28 de diciembre- marcada por el dolor de los pequeños, alzamos proféticamente nuestra voz en un canto de esperanza con el que clausuramos este Año Jubilar convocado por el papa Francisco, proclamando que Dios no es indiferente a la familia humana ni al sufrimiento de sus inocentes, y que su misericordia tiene la última palabra».

Su intervención se ha centrado en la gratitud por el camino compartido desde que se cruzara la Puerta Santa en la concatedral de Monzón el 29 de diciembre de 2024, así como en el impacto espiritual de los lugares jubilares «verdaderos hogares de misericordia, donde muchos han podido reconciliarse, orar, agradecer y renovar su fe». El obispo ha repasado las actividades realizadas durante el año o las peregrinaciones a Roma y París como signos de una Iglesia en camino, en comunión con la Iglesia universal.

«Este Jubileo nos deja dones claros», ha señalado, citando «una fe más agradecida, una comunión y corresponsabilidad más reales y una esperanza más concreta. Pero también nos plantea retos: seguir pasando de una Iglesia entendida como ‘bazar de lo sagrado’ a una Iglesia familia de familias, culminar el proceso de beatificación de los 252 mártires, consolidar la unidad y la corresponsabilidad y vivir con mayor hondura la caridad y la misión».

Y todo ello como preparación «para el próximo gran don que el Señor nos concederá«, del 21 de junio de 2026 al 21 de junio de 2027: el Jubileo de san Ramón, con motivo de los 900 años de la muerte de este «obispo no al uso, patrono de nuestra diócesis. Él nos invita a seguir impulsando un modo nuevo de ser Iglesia sinodal: fiel, humilde y valiente, que no teme ponerse en camino».

Con el canto del Himno de los Mártires ha concluido la eucaristía y, con ella, este gozoso Año Jubilar.

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