Antorchas de Pascua
Aún resuena el grito dramático de Cristo en el Viernes Santo: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27, 46). Aquella tarde el Padre se mantuvo en silencio, pero al tercer día, pronunció una palabra que iluminó la noche y movió la frí...