Araceli Cavero en una de sus últimas intervenciones

La incansable labor de la oscense Araceli Cavero por la mejora de la situación de las mujeres en todos los continentes la ha llevado a formar parte del comité ejecutivo de la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) como vicepresidenta para Europa. Una tarea ingente que seguirá desarrollando dentro de esta asociación pese a dar un paso a un lado durante la última asamblea general, desarrollada del 14 al 20 de mayo en Asís (Italia). 

Araceli Cavero deja la vicepresidencia europea de la UMOFC tras ochos años, pero seguirá trabajando con el mismo fervor. “Hemos dado pasos importantes, sobre todo desde que se creó el Observatorio Mundial de las Mujeres”, muy centrado en “escuchar, visibilizar, y actuar por las mujeres sufrientes de África”,  apunta Cavero, convencida de que “en comparación, las mujeres europeas somos unas privilegiadas”.

Militante de Acción Católica General desde 1983, Cavero asistió a la primera asamblea de la UMOFC en 2001 en Roma. Esta labor le ha aportado “una riqueza enorme, es impresionante estar en contacto con mujeres de todo el mundo y conocer de cerca las dificultades que tienen. En Europa se han conseguido muchos derechos y estamos relativamente bien, pero en África, Sudamérica o Asia se encuentran muy en precario”. Resalta los encuentros con la mujeres cristianas de Oriente Medio y el Mediterráneo, en unos años que “me han supuesto mucha riqueza y muchas cosas por las que dar gracias a Dios”.

Hemos dado pasos importantes, sobre todo desde que se creó el Observatorio Mundial de las Mujeres


Asamblea de la UMOFC

La última asamblea general de la UMOFC tuvo como punto de partida una audiencia con el Papa Francisco que se desarrolló el 13 de mayo en el Aula Pablo VI de la Ciudad del Vaticano con la presencia de más de 1.800 personas y “una buena representación de las mujeres del mundo”. Al día siguiente comenzó en Asís el trabajo de las cerca de 900 participantes, 

Tras el trabajo realizado en América Latina y el Caribe, el objetivo se centra ahora en África, a través del Observatorio Mundial de las Mujeres, que sirve para descubrir dónde hay más necesidades y cómo abordarlas. Lo siguiente será trasladar esta herramienta a los países asiáticos y del Pacífico, donde “afortunadamente ya contamos con organizaciones como Manos Unidas, que trabajan en muchos proyectos dedicados al empoderamiento de las mujeres y en prevenir las violencias machistas”. Otros asuntos sobre los que se está trabajando son la libertad religiosa, la paz y la fraternidad; la crisis alimentaria en nuestra casa común y la necesaria conversión ecológica; la familia; la construcción de un futuro con migrantes y refugiados; y la aportación de la mujer en el proceso de sinodalidad que vive la Iglesia.

Araceli especifica sobre estas cuestiones que “el hecho de que se aprueben para cuatro años no significa que en los siguientes cuatro deban ser otras”. Y reivindica que “a las mujeres se nos adjudica una sensibilidad especial, pues vamos a trabajar sobre ello”. El 17 de mayo, la UMOFC peregrinó a la basílica de san Francisco de Asís, un hecho que califica de “emocionante”, y resalta el apoyo de “varios cardenales” a “la única asociación internacional de fieles en la Iglesia católica”.

Además, se presentó la vida de Pilar Bellosillo (1913-2003), cofundadora de Manos Unidas, la única mujer laica y española invitada por Pablo VI a participar en el Concilio Vaticano II y de la que ya se ha iniciado el proceso de beatificación.