Opinión

Ángel Calvo Cortés

Aprendiendo a envejecer

30 de julio de 2025

Me alegro un montón de que me estés leyendo.

En la puerta de esa pastelería pone: LA VIDA ES CORTA. CÓMETE PRIMERO EL POSTRE. El aviso tiene un valor añadido: te hacerte sonreír. Un día entraré a darles las gracias.

La juventud es un defecto que ya no tengo porque se corrige con el tiempo. Desde luego, en mi cuerpo y en mi mente noto los años que acumulo. Ya sabemos que la vejez no viene sola. Mi oftalmóloga y mi traumatólogo me piden abandonar el ordenador  y, para mí, eso me resulta demasiado duro. Claro que puedo seguir  reflexionando, pero me resulta más difícil poner en orden mis reflexiones cortando y pegando. Como  envejecer es el único medio que se conoce para vivir más tiempo, intento APRENDER A ENVEJECER para seguir estando vivo y, para ello,  PROCURARÉ HABLAR MÁS DE MIS ILUSIONES QUE DE MIS DOLORES. 

“MIENTRAS ESTÉS APRENDIENDO, NO ERES VIEJO”, me dicen. De acuerdo. La mente no es un vaso que hay que llenar, sino un fuego que hay que alimentar para que siga dando luz y calor. Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de la cara. Prometo hacerme cada mes esta pregunta:   ¿CUÁNTOS AÑOS TENDRÍAS SI NO SUPIESES LOS QUE TIENES?  Y, después de contestarme, diré 3 veces en voz alta: CONFIESO QUE HE VIVIDO, como el  título del libro de Pablo Neruda.

Le doy gracias a Dios, a mis padres, familia, educadores y amigos por enseñarme a SER FELIZ AYUDANDO A LOS DEMÁS. Lo que les hacéis a otros, a Mí me lo hacéis, dice Dios. Sin merecerlo, he tenido (y tengo) a mi lado personas de mucha calidad y tú eres una de ellas. Aunque, a veces, me siento solo, reconozco agradecido que nunca viví solo, siempre estuve rodeado de personas, panoramas y temperaturas que, desde mi niñez en Monegrillo me construyeron. Todo a mi alrededor ha sido mi maestro.

Dicen que eran tiempos difíciles, pero yo entonces no lo sabía y fui feliz. Estoy convencido que, AHORA ES MÁS IMPORTANTE EL CÓMO DEBO VIVIR QUE EL CUÁNTO VIVIRÉ. Me fastidia no ser testigo del futuro, pero es lo que hay. Mientras pueda, SEGUIRÉ ACUMULANDO EXPERIENCIAS, CONOCIMIENTOS Y, SOBRE TODO, CONTACTOS PERSONALES. He aprendido a valorar más los sitios donde la gente se reúne y se comunica, por ejemplo, los bares y restaurantes.

Estos son los sentimientos que dan sentido a mi vida. Y los vivo, como cantaba Sinatra, “a mi manera”, pero aceptando siempre mi responsabilidad. Trabajaré para que mis acciones no desmientan mis deseos. Lo bueno no es lo que se promete, sino lo que se hace. No temo tanto la muerte como el no sentirme interiormente vivo y coherente.

Te recuerdo que tu edad es simplemente la cantidad de años que el mundo lleva disfrutando de ti. Aunque no se den cuenta, los demás nos necesitan (y nosotros los necesitamos)

Este artículo se ha leído 39 veces.
Compartir
WhatsApp
Email
Facebook
X (Twitter)
LinkedIn

Noticias relacionadas

Este artículo se ha leído 39 veces.