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Opinión

Sara Dobarro

Año de compromisos, año de prosperidad

3 de enero de 2018

Todos tenemos ante nosotros el año que comenzamos, para llevar a cabo una vida de compromisos o caminar de forma lineal y plana. La diferencia, desde el punto de vista de la neurociencia, radica en ser conscientes de nuestros actos o dejarnos llevar por los hábitos del inconsciente, que por supuesto es mucho más fácil.

Este es el motivo por el que muchos de los buenos propósitos se queden simplemente en eso, en propósitos. Los referidos hábitos y comportamientos mentales inconscientes hacen que se conecten los mismos circuitos de neuronas. Es más fácil y rápido reconectar circuitos que se repiten una y otra vez (hábitos), que esforzarse en abrir nuevos circuitos (propósitos).

El hecho de romper con los hábitos hace que se creen nuevos circuitos en el cerebro que obedecen a nuevas ideas y actos. Evidentemente, emprender nuevos retos requiere de esfuerzo y voluntad, tanto a nivel de sentimiento como de comportamiento físico. Las nuevas conexiones para crear los circuitos cerebrales que nos lleven al cambio requieren de un mayor consumo de energía, tiempo y fuerza.

Este esfuerzo es lo que nos hace crecer, evolucionar, ampliar nuestras capacidades cerebrales y así poder desarrollar nuestros talentos. Pilar Muro, buena amiga a quien admiro, un día le dijo a mi hijo Santiago que “si la vida te presenta dos caminos escoge el más difícil, porque será el que te de mayores satisfacciones”.

Después de haber estudiado neurociencias y seguir investigando en el comportamiento cerebral, he encontrado el verdadero sentido a estas sabias palabras. Los caminos que recorremos en la vida guardan un cierto paralelismo con los circuitos neuronales. Cuantas más experiencias diferentes, más circuitos abrimos en nuestro cerebro.

¿Quién dijo que la vida fuese fácil? En cualquier caso, tenemos la opción de que se rica y fructífera si entrenamos el cerebro consciente, o plana si nos dejamos llevar por lo de siempre.

Gracias a la neurociencia, puedo asegurarles que un año de compromisos significa éxito y prosperidad.

Les deseo un “próspero” año 2018, en el que se cumplan de forma consciente todos sus objetivos, proporcionándoles un verdadero crecimiento y sentido pleno a sus vidas, al tiempo que hacen más felices a quienes les rodean.

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