El primer domingo de septiembre, la parroquia de Albeta vivió con alegría y devoción la tradicional Fiesta de la Llega, una celebración profundamente arraigada en la comunidad local en honor a la Virgen del Rosario.
Tras la Santa Misa, se realizó la procesión por las calles del pueblo, encabezada por el párroco, las autoridades civiles y los paloteadores. Como es costumbre, la comitiva se detuvo en las casas donde ha nacido algún niño durante el año.
En esta ocasión fueron seis los nacimientos, y por la gracia de Dios, uno de ellos recibió el sacramento del Bautismo, incorporándose así a la familia de la fe católica.
Durante la procesión, se llevó a cabo el tradicional ofrecimiento del peso de cada niño en trigo, como muestra de agradecimiento a la Virgen. Aunque hoy en día este gesto se realiza de forma simbólica, se mantiene como expresión viva de la gratitud por los frutos de la tierra y el trabajo del hombre, así como por el don de la vida.
La comunidad de Albeta se une cada año en esta festividad para renovar su fe, preservar sus tradiciones y dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas.