Los monjes del Monasterio de El Pueyo han inaugurado un nuevo y significativo mirador que no solo ofrece impresionantes vistas a las comarcas sobre las que se yergue, sino que se alza bajo la custodia de una majestuosa estatua de san Miguel Arcángel. El obispo de Barbastro-Monzón presidió el acto de apertura del espacio y bendición de la figura por el superior del IVE, que resaltó el papel del arcángel como protector en los tiempos actuales.
La estatua, tallada y donada por Jesús Abizanda —quien aportó tanto los materiales como sus horas de trabajo—, representa a san Miguel Arcángel como un guerrero sereno y vencedor. A sus pies, el demonio yace «rabioso pero vencido», una representación que, según el padre Pablo, simboliza la derrota de las fuerzas del mal a través de la Pasión de Cristo, cuya Cruz se integra en la lanza del Arcángel.
Durante la bendición, el Padre Pablo ofreció una profunda reflexión, basándose en la Carta de San Pablo a los Colosenses, para justificar la especial necesidad de invocar a san Miguel en la actualidad. Recordó las invitaciones de los papas, desde León XIII (quien lo consideraba «príncipe de la milicia celestial») hasta san Juan Pablo II y Francisco, a recurrir a la oración al arcángel para obtener ayuda en la batalla contra Satán y las fuerzas de las tinieblas que buscan «dividir a la iglesia» y atacar «contra la vida, la libertad y la verdad, contra la familia y el orden natural.»
La bendición concluyó con una oración invocando al arcángel para que proteja a la familia del escultor, a la Iglesia de Barbastro-Monzón, a las familias y a todos los peregrinos que suben al santuario de la Virgen del Pueyo.
El autor es socio de los Amigos de El Pueyo y ha realizado otras esculturas como el crucero de la Virgen de la Peña de Graus. Acompañado de su familia, se mostró muy satisfecho por el encargo recibido y la ubicación de su obra, un enclave privilegiado.