La Catedral de Teruel ha acogido este viernes, a las 19:30 horas, una celebración llena de fe, alegría y compromiso en la que 83 jóvenes del Arciprestazgo de Teruel ciudad han recibido el sacramento de la Confirmación, en el marco del Jubileo de la Esperanza que la Iglesia celebra este 2025.
La eucaristía ha sido presidida por el obispo de Teruel y Albarracín, don José Antonio Satué, quien ha dirigido a los confirmandos una homilía cercana, alentadora y profundamente esperanzadora. «Es un verdadero regalo estar juntos en este momento tan significativo», ha comenzado el obispo, dirigiéndose a jóvenes, familias, catequistas y sacerdotes que han llenado el templo.
Durante la celebración, monseñor Satué ha centrado su mensaje en tres palabras que, según ha dicho, «el Espíritu Santo quiere ofreceros hoy más que nunca»: fuerza, grupo y misión. La fuerza, ha explicado, «es como un viento que empuja las velas de un barco, ayudándonos a superar nuestros límites»; un impulso interior que «os cambiará la vida, como a mí me cambió la mía».
Sobre la dimensión comunitaria de la fe, el obispo ha destacado que «no estamos hechos para vivir en solitario, sino en comunidad», y ha recordado que «la fe se fortalece cuando la compartimos, cuando la vivimos juntos». En este sentido, ha animado a los jóvenes a seguir formando parte activa de sus parroquias y de los grupos de pastoral juvenil: «La Iglesia os necesita. Tenéis algo fundamental que aportar: vuestra energía, vuestra visión del mundo, vuestros sueños».
Finalmente, ha invitado a todos a descubrir su vocación en clave de servicio, recordando que «Dios tiene un sueño para cada uno de vosotros» y que la misión «es seguir el camino de Dios, el camino en el que podemos ser más útiles para quienes nos rodean y que coincide con nuestros deseos más profundos».
Catequistas y responsables parroquiales han acompañado a los confirmandos durante todo el itinerario de preparación y también en esta jornada jubilar. El acto se enmarca en el conjunto de iniciativas organizadas por la diócesis de Teruel y Albarracín con motivo del Año Santo 2025, centrado en la virtud de la esperanza.
La colecta de la celebración se destinó a las víctimas de la trata de personas, en sintonía con el proyecto social elegido por la Conferencia Episcopal Española para este Año Jubilar bajo el lema «Embajadores de la Esperanza: juntos contra la trata de personas». Esta iniciativa busca visibilizar esta grave realidad, apoyar la labor de la Iglesia en su erradicación y fomentar el compromiso cristiano mediante la reflexión, la oración y la solidaridad. Lo recaudado se dirigirá íntegramente a sostener este proyecto.
