En la mañana del 26 de mayo de 2025 falleció el sacerdote diocesano Don Joaquín Ferrer Dueso, a los 91 años de edad, después de sufrir un infarto del que no logró recuperarse. Había nacido en Plan, el 3 de noviembre de 1933, y fue ordenado sacerdote en el Colegio Español de Roma, en la festividad de San José del año 1958. Cursó los Estudios Eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Barbastro y en las Universidades Pontificia de Comillas y Gregoriana de Roma, en las que se licenció en Teología y Sagrada Escritura. También era Licenciado en Filosofía y Letras.
Dos años después de su ordenación sacerdotal tomó posesión de la Canongía Lectoral de la Catedral de Barbastro, que obtuvo por oposición. El Cabildo Catedralicio le encomendó la administración del Cementerio Católico de Barbastro, cargo que ejerció durante muchos años. También fue nombrado coadjutor de la Parroquia de San Francisco de Asís de Barbastro y consiliario de las Jóvenes de Acción Católica de dicha parroquia, vocal de la Comisión Diocesana de Arte Sacro, consiliario de la Cooperativa de 2º grado y Caja Rural. En el año 1971 fue nombrado miembro de la Comisión Diocesana de Economía, y en los años sucesivos: juez prosinodal y párroco de Cregenzán y Guardia.
En 1990 fue nombrado miembro del Tribunal Diocesano para examinar los aspectos teológicos de la causa de beatificación de Mons. Florentino Asensio y presidente de la Comisión para el traslado de los restos mortales del Obispo mártir, cargos que simultaneó con los de Administrador Parroquial de la parroquia de la Asunción-Catedral de Barbastro y vocal de la Comisión de censores teológicos de la causa de beatificación de los mártires benedictinos del monasterio del Pueyo.
Durante muchos años fue Profesor de Lenguas Clásicas en el Instituto “Hermanos Argensola” y en el Centro Asociado de la U.N.E.D. de Barbastro, del que fue subdirector. A través de sus valiosos y frecuentes escritos en los medios de comunicación ha divulgado los tesoros artísticos de nuestra Catedral y de la Diócesis.
Ha vivido sus últimos años, con la movilidad y la audición muy reducidas, atendido con cariño por sus familiares y por las Hermanitas de los Ancianos, en el Hogar “López Novoa” de Barbastro, hasta su última enfermedad.
Descanse en la paz del Señor este sacerdote culto y entregado al servicio de la Iglesia y de sus hermanos.
¡Vivas cum Christo!