La jornada de puertas abiertas ‘San Valero, de par en par’, celebrada por la Iglesia diocesana de Zaragoza en la fiesta de su patrón san Valero, ha llegado a su tercera edición, consolidándose como una alternativa cultural y religiosa a las celebraciones de este día. Un 29 de enero soleado y amable acogió a varios miles de personas en el entorno más próximo de la Seo del Salvador, donde se encuentran las reliquias del brazo y el cráneo del santo obispo y en la que se celebró la solemne misa estacional de la solemnidad, presidida por el arzobispo Vicente Jiménez, con una amplia representación del Consistorio, con el alcalde Jorge Azcón a la cabeza, y numerosa presencia de fieles laicos y consagrados.
Si el epicentro de esta fiesta es la Seo, muy cerca de él, el Alma Mater Museum, donde hubo visita libre y gratuita de 10.00 a 14.00 horas. La cola ocupaba toda la plaza de la Seo y sus inmediaciones. Niños, jóvenes y mayores pudieron ver los audiovisuales y contemplar el ‘Salón del Trono’ recientemente restaurado.
Como en círculos concéntricos, fueron abriendose las puertas de la insigne parroquial de San Pablo, las de San Felipe o las del Real Seminario de San Carlos. En este último emplazamiento, unas dos mil personas pudieron acceder por primera vez desde hace años a la ‘Escalera Monumental’ tras su rehabilitación.
La basílica martirial de Santa Engracia ofreció a unas cincuenta personas, en familia, una visita guiada: ‘Conoce los secretos de Santa Engracia’. En el templo de San Miguel de los Navarros, se pudo acceder a la capilla del sagrario, tras el retablo mayor de Forment, un espacio de reducidas dimensiones y una exuberante profusión de bellos elementos decorativos. También pudo visitarse y así lo hicieron numerosos zaragozanos el Museo del Rosario de Cristal.
Como broche de la jornada, en Santa Engracia, su organista titular, Gregorio Lasierra, ofreció un recital con obras de Aguilera de Heredia, Sola, Laseca, ‘organistas de la Seo en distintas épocas’, Bossi y Benoit, tras la misa de siete. El Seminario Metropolitano honró a su titular con una visita a sus instalaciones, el canto solemne de las segundas vísperas y más de cien raciones de roscón.
Así pues, el ‘San Valero’ de este año fue muy rosconero, nada ventolero y de puertas abiertas. De par en par.
