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Opinión

Araceli Cavero

¿Qué clase de economía queremos?

17 de abril de 2018

Hace unos días saltó en algunos medios de comunicación la noticia de que una empresa alemana iba a venir a España para enseñar, gratuita y divertidamente, a invertir en bolsa en algunas provincias, entre ellas las tres aragonesas.

Lo primero que pensé fue si invitarían a las sesiones a aquellas personas a las que el sueldo no les llega a fin de mes, o a aquellos parados de larga duración que ya han agotado todo el paro y las ayudas extras que concede la administración. Pero no. Esas personas no están invitadas. Esas personas son los “descartados” de la sociedad, en palabras del Papa Francisco ¡Que van a invertir en “bolsa” si no les llega para la “cesta”!

Así, en vez de fomentar una economía productiva, fomentamos una economía especulativa. Una economía que no produce bienes y servicios, sino más y más beneficios para los que ya tienen suficientes. Se especula incluso con los alimentos, favoreciendo el aumento de precio de los productos, de manera que, en los países en vías de desarrollo, les resulta cada vez más difícil adquirir los alimentos básicos para una precaria supervivencia, basada en la seguridad alimentaria. Un derecho que no debe ser arrebatado a nadie. Y mientras tanto la bolsa, que no genera bienes y servicios, sí genera suculentos beneficios a los que invierten, sin más mérito que tener algún dinero para invertir.

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¿Dónde está el bien común? ¿Dónde la preferencia por los pobres? Hay muchas personas y organizaciones que trabajan por la justicia, pero sigue habiendo demasiada injusticia en este mundo. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio pretendían erradicar el hambre y la pobreza en el mundo a la mitad para el año 2015; sin embargo, en el 2017 había aumentado en 35 millones las personas que pasan hambre. Ahora queremos un Desarrollo Sostenible para el 2030, pero hace falta voluntad política y, aunque no quiero generalizar, no tenemos lo que se dice unos buenos representantes que trabajen por un mundo más justo. Y no solo en España.

Mientras tanto, los que no tenemos capital para invertir en bolsa, seguiremos viviendo tranquilos, al margen de las subidas o bajadas que se puedan producir en el “parquet” mundial. Aunque las noticias nos avisen si las bolsas abren en rojo o en verde.

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