El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, celebró la solemne eucaristía del Corpus Christi en la Catedral de Barbastro. «Sin el pan de la palabra, sin el pan de la eucaristía y sin el pan de la ternura de Dios, estamos muertos», afirmó al inicio de una eucaristía en la que evocó las palabras del Papa emérito, Benedicto XVI, con unos pequeños comulgantes. En un encuentro con el Santo Padre, unos niños le preguntaron por los recuerdos de su Primera Comunión y por la presencia de Cristo en la eucaristía. «Quizá no vemos con los ojos a Jesús resucitado en la hostia consagrada, pero sí experimentamos que cuando Jesús se hace cercano y presente en nuestro corazón nuestra vida se ilumina», explicó el obispo.
«Que grande Dios, que con pan y vino nos hace andar el camino», exclamó, subrayando la simbología de ambos elementos y recordando que en el día del Corpus, Día de la Caridad, quienes se alimentan del pan de Dios «vemos con los ojos del corazón a quienes no tienen pan, a quienes no tienen techo, no tienen trabajo, a quienes les hemos arrebatado la dignidad o la alegría, la libertad o tantas y tantas cosas…» Así, animó a los presentes a ser «la mejor custodia que salga por las calles en procesión. Todos os vais a ir a casa con Cristo en vuestro corazón y cada uno de nosotros, cuanto más en conciencia actuemos, haremos que Él esté cercano, sobre todo de quien más lo necesita», concluyó.
Al termino de la santa misa, concelebrada con el vicario general y párroco moderador de la Unidad Pastoral de Barbastro, Ángel Noguero, cuatro hermanos de la cofradía de la Minerva portaron el palio de cuatro varas que cubrió al obispo, portante de la custodia, en la procesión por el interior de la iglesia. Les precedían el recién elegido prior, Ángel Solana, que llevaba la bandera y el resto de los cofrades, con hachones; cerrando la comitiva, los presidentes de las cofradías barbastrenses. Mons. Ángel Pérez salió a las puertas de la Catedral y desde ahí alzó el Santísimo para bendecir a los fieles.
