La Catedral de San Pedro acogió este domingo la toma de posesión de Pedro Aguado Cuesta como nuevo obispo de Jaca. El hasta ahora Superior General de los Escolapios asume el ministerio episcopal en esta histórica diócesis con el firme propósito de «caminar juntos y construir juntos nuestra Iglesia en Jaca», como expresó ante los centenares de fieles que abarrotaron el templo.
La ceremonia, impregnada de tradición y emoción, coincidió simbólicamente con la solemnidad de la Santísima Trinidad y con la llegada de los romeros de Santa Orosia, que cada año concluyen su peregrinación en la catedral. En medio del colorido de danzantes y gaiteros, el nuevo obispo se presentó a la comunidad con un tono cercano, humilde y esperanzador: «Creo en un mundo que podemos cambiar».

En sus primeras palabras públicas como obispo de Jaca, Aguado subrayó su voluntad de conocer en profundidad la realidad diocesana antes de marcar objetivos concretos: «No tengo hoja de ruta. Quiero aprender y crecer día a día, desde la calle, escuchando a la gente». Recordó, además, su vinculación previa con la zona a través de los colegios escolapios y los campamentos juveniles en el Pirineo aragonés, especialmente en Formigal y Astún.
Comprometido con una Iglesia «sencilla y para todos», Aguado insistió en que su ministerio será compartido con la diócesis hermana de Huesca, cuya toma de posesión tuvo lugar el día anterior. «Ambas diócesis tienen su historia y su riqueza propia. Es necesario conocerlas, respetarlas y potenciarlas», afirmó, adelantando que alternará su presencia en ambas sedes episcopales.
El acto estuvo presidido por el encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica, Roman Walczak, y contó con la presencia del cardenal João Braz de Aviz, prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, así como del administrador apostólico Vicente Jiménez y del anterior obispo, Julián Ruiz. También asistieron autoridades civiles como los alcaldes de Jaca y Sabiñánigo, Carlos Serrano y Berta Fernández, junto a representantes comarcales y una nutrida representación de escolapios llegados desde distintos puntos del mundo.

Antes de finalizar la ceremonia, Aguado expresó su disposición a integrarse desde ya en la vida de la diócesis, confirmando su presencia en las próximas celebraciones del Corpus Christi (22 de junio) y de Santa Orosia (25 de junio), dos fechas especialmente señaladas para los jacetanos.
El lema episcopal elegido por Pedro Aguado, «Sé de quién me he fiado», resume con sencillez la confianza que deposita en Dios al asumir esta nueva etapa. En palabras de Vicente Jiménez, quien le cedió el báculo pastoral, «que nadie te robe la ilusión ni la esperanza». Así comienza el camino de un pastor que desea conocer, servir y compartir el Evangelio en una tierra que, aunque no le vio nacer, ya siente como suya.