En el día de la Santa Cruz, las delegaciones aragonesas de Manos Unidas quisieron hacer visible su lucha por llevar alivio, apoyo, escucha, educación y sobre todo esperanza. Como cada año, las delegaciones de Manos Unidas en Aragón se unieron, el 3 de mayo, abrazando la Cruz en la que Nuestro Señor sangró por el costado sangre y agua; sangre que efectúa la redención y así quita los pecados y agua que imparte vida y así acaba con la muerte. Una Cruz que pasó de ser símbolo de dolor y muerte, a ser Salvación del mundo.

Este 2023 los lugares elegidos son todos espacios cercanos al agua; en el caso de la Diócesis de Barbastro-Monzón, escogieron la Fuente de San Francisco con la cruz procesional de la iglesia de San Francisco. Con esa cercanía se ha querido tener presente a las comunidades que carecen de agua, esos miles de personas que mueren al año por beber agua de fuentes no aptas para el consumo, por carecer de sistemas de saneamiento o por no disponer de riego para poder cultivar o criar ganado.

Manos Unidas nos recuerda que es Pascua, tiempo de alegría y de gozo, tiempo de esperanza y futuro, tiempo de mirar a nuestro alrededor y no dejar a ningún hermano atrás, tiempo de agradecer lo recibido y de compartirlo con quienes son más vulnerables. Y nos exhortan a unir nuestras manos alrededor de la Cruz Salvadora para frenar esta desigualdad y poder hacer de este mundo un lugar diferente donde todos tengamos la misma dignidad y no olvidemos a los más desfavorecidos.