La Pastoral de la Salud profundiza en los retos actuales del acompañamiento a personas vulnerables

David López
17 de noviembre de 2025

Zaragoza acogió el pasado 15 de noviembre el X Encuentro Interdiocesano de Pastoral de la Salud, una cita que reunió a agentes pastorales y voluntarios de las diócesis de Aragón y La Rioja para reflexionar, desde la escucha y la experiencia, sobre los desafíos actuales en el acompañamiento a las personas más vulnerables. La jornada se desarrolló con un formato participativo y un marcado tono de esperanza.

La sesión se abrió con la ponencia de Wilson Ascensio, delegado de Pastoral de la Salud en Huesca, quien estructuró su intervención en tres ámbitos que atraviesan la realidad social contemporánea: los retos sociales —como la adicción a las redes, la pérdida de referentes o la gestión de la frustración—, los sanitarios —centrados en la necesaria atención integral y preventiva— y los eclesiales, donde subrayó el desgaste de la vida parroquial y la urgencia de revitalizar los espacios comunitarios. Su exposición sirvió de marco para la posterior Mesa de experiencias y retos sociales.

En esta mesa participaron cuatro voces procedentes de contextos muy distintos.
Alan Medal, psicólogo clínico de la diócesis de Huesca, compartió su labor en Proyecto Hombre de las diócesis de Huesca y de Jaca, donde acompaña a personas de entre 14 y 70 años en procesos relacionados con la ludopatía, las adicciones, el riesgo suicida o la soledad, especialmente entre los jóvenes.

A continuación intervino Octavio Pérez, conocido por su trabajo en el cementerio de Torrero, donde acompaña con respeto y cercanía a las familias en momentos de profundo dolor —el pasado año ofició 4.000 funerales—, además de dedicar tiempo al acompañamiento cotidiano de personas mayores.

Desde Teruel llegó la aportación más juvenil: Enrique Marco, voluntario del proyecto «Apadrina un abuelo», explicó cómo adolescentes turolenses dedican las tardes de los viernes a visitar y acompañar a personas mayores, creando vínculos que favorecen la comprensión de la enfermedad, la fragilidad y la dependencia.

La mesa concluyó con el testimonio de Pilara Martín, enfermera de Teruel, quien describió la dimensión humana y espiritual de su servicio hospitalario, donde curar, cuidar y acompañar son gestos inseparables de la cercanía, la profesionalidad y el amor.

El encuentro dejó patente la riqueza que nace de combinar reflexión, experiencia y compromiso. Una jornada marcada por la esperanza, la escucha y el deseo compartido de cuidar mejor a quienes viven situaciones de mayor fragilidad.

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