El pasado 1 de noviembre, la iglesia de Sestrica se llenó como en sus grandes fiestas para manifestar su cariño y gratitud a José María Forcen Melús, que durante más de setenta años ha vivido entregado totalmente a su parroquia, a la que lleva en su corazón.
Siempre ha sabido cuando había que tocar y cómo, donde estaban todas las cosas, que había que hacer en cada momento y todo estaba preparado al punto. Que fácil ha sido ser cura a su lado.

Pero, sobre todo, lleva en su corazón a la Virgen del Carmen, patrona de nuestro pueblo. Todos los días iba, antes o después de ir al campo, a la ermita a rezar el rosario. En muchas ocasiones montado en el tractor porque venía con pocas fuerzas de sus tareas. ¿Cuántas lágrimas ha enjugado la Virgen? ¿Cuántas veces se ha abrazado a Ella llorando , pidiendo por todos?
En el marco de la celebración, José María recibió el sacramento de la Unción de Enfermos arropado por todo su pueblo que le miraba emocionado. Al final, se le entregó una placa que quiere hacer presente su memoria ente nosotros.
Como consta en ella, como leyó un miembro de la comunidad: “GRACIAS, MARI. TU VIDA SERÁ SIEMPRE UN RECUERDO VIVO Y UN EJEMPLO PARA TODOS NOSOTROS”.
Florentino Nonay.
Párroco de Sestrica