En total, se han desplazado desde la diócesis de Teruel y Albarracín 64 personas de las que 25 eran voluntarias, 10 enfermos y el resto peregrinos. Desde la Hospitalidad conciben estos días como un espacio de convivencia entre peregrinos, enfermos y voluntarios.
Para la responsable de la Hospitalidad en Teruel, Pilar Alcalá, ha vuelto a ser una experiencia muy gratificante para todos, «este año más especial si cabe, ya que algunos de nuestros voluntarios pudieron portar a la Virgen de Lourdes en la procesión de las antorchas, que es algo que llevábamos tiempo esperando». La presidenta insiste en que esta no es una “peregrinación al uso”, «ya que llevamos enfermos con nosotros a los que hay que acompañar en todo momento». Una experiencia que sin embargo llena de satisfacción a quienes se implican en esta labor de voluntariado: «La gente vuelve emocionada. Muy contenta», destaca Alcalá, quien echa de menos un mayor número de voluntarios, «sobre todo porque eso nos permitiría traer a otros enfermos con más necesidades».
Durante su estancia en el Santuario pirenaico, los peregrinos pudieron participar de la programación habitual de actos y celebraciones como la eucaristía presidida por el de la Hospitalidad, Juanfran Soler, en la Gruta de la Virgen; la Adoración eucarística, preparada por la propia organización diocesana; la bendición de los enfermos; o la Misa internacional, donde la delegación tuvo la encomienda de leer la Oración de los Fieles.
¿Qué es la Hospitalidad?
La Hospitalidad de Lourdes es una Asociación de Fieles, formada por personas, que han creado un espacio de encuentro para formar y acompañar a personas en procesos de enfermedad, sufrimiento y duelo, como una vivencia más de la fe, en colaboración con la Delegación Diocesana de Pastoral de la Salud.
Los voluntarios de la Hospitalidad se ofrecen voluntariamente para servir, cuidar, acompañar y acoger a todos cuantos desean peregrinar, cada año, con la Diócesis, al santuario de Lourdes, para vivir su espiritualidad cristiana en el marco de esta advocación mariana. Más allá de las peregrinaciones, la Hospitalidad nos ofrece también encuentros mensuales; compromisos en tareas asistenciales y pastorales con los enfermos, ya sean peregrinos o no.