Influencers corrientes (y necesarios)

Empezamos a ver la palabra “influencer” en innumerables perfiles de conocidas redes sociales, sin saber muy bien qué convertía a una persona en dicho término, en qué momento se tenía la certeza de poder uno “auto”denominarse así o cuál era la barrera límite de seguidores para conseguir ser uno de “ellos”. Tengo que reconocer que esa palabra me “chirriaba” -sé que a muchos de vosotros también- quizá porque el hecho de escribirlo explícitamente en una biografía personal me parecía algo… ¿extravagante?. 

Entonces llegó el día en que uno de los centros comerciales más importantes en España, y seguramente a nivel internacional, me pidió que diera dos charlas sobre moda y tendencias. Lo que no os he contado es que, aunque profesionalmente me dedico a la enseñanza, en mi tiempo libre disfruto aprendiendo sobre moda. Estudié Consultoría de Moda con la Fundación Pineda, y Asesoría de imagen y Personal Shopper con la Universidad Complutense de Madrid y  la revista Elle. Desde hace cinco años comparto mi estilo personal en redes (Instagram: @isaberges, Web_ www.isabelberges.com) e imparto conferencias y tertulias culturales. También me dedico a formación de adolescentes en torno a este tema.

Rebobinando. Ambas charlas pertenecían a un grupo de conferencias reunidas bajo el nombre de “Primavera Influencer”, en donde otros bloggers, instagrammers, youtubers y demás “ers” tuvieron también su espacio para hablar. Fue entonces cuando de verdad me planteé qué era eso de ser “influencer”, ya que al parecer, yo también había pasado a formar parte de ellos.

Hoy os quiero contar mi opinión. Desde el punto de vista de las redes sociales, ser influencer significa tener cierta influencia sobre las personas que te siguen “virtualmente”. Por ello, aquí hay un punto muy importante a tener en cuenta: la responsabilidad. Si para muchas de esas personas eres un modelo a seguir, debes ser consciente de lo que publicas y tener un objetivo siempre: aportar tu granito de arena, sea cual sea la temática que sigas o tu estilo de vida, de cambiar el mundo a mejor. Cuando comparto una nueva imagen o vídeo me planteo: ¿les puede servir a mis seguidores? ¿qué sugiero con este contenido?. A veces el mundo de la moda, si no se profundiza, puede resultar algo frívolo y superficial. Por eso de vez en cuando amplío a otros temas culturales, solidarios, de formación… Porque la moda es mucho más de lo que uno “lleva”.

Es cierto que, cuando la vida de una persona está expuesta -voluntariamente como en mi caso-, a través de cualquier medio de comunicación, su influencia afecta a un cierto número de personas. Pero, para mí hay influencers, de esos desconocidos y corrientes que son igual de valiosos. De hecho, TODOS somos influencers, desde el punto de vista humano. ¿Te has parado a pensar -pero de verdad- la influencia que ejerces sobre los que te rodean?. El poder que tenemos de hacer el bien a las personas más cercanas es infinito. Todo lo que quieras, y más, porque siempre se necesita más. Esa frase que tanto me gusta desde hace años: “Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”. ESE es, para mí, un influencer 10; el que procura mejorar cada día, el que está al lado de los que le necesitan y vela por su felicidad. ¿Ejemplos? Muchos: Una sonrisa, no participar en las críticas, no quejarse por superficialidades, hacer esa llamada pendiente a la persona que lo está pasando mal, acordarte del examen de tu amiga, escuchar sin interrumpir, ceder ante un enfado, olvidar sin guardar rencor, no juzgar a esa persona que realmente no conoces… Se me ocurren mil pequeñas (o grandes) circunstancias en el día en los que nuestra respuesta ante ellas pueden influir directamente en los demás. 

Otra característica esencial de un verdadero influencer corriente es la personalidad; vivir una vida en coherencia con nuestras ideas y convicciones siempre es algo atrayente para los demás. Puede que haya personas que no estén de acuerdo con tu estilo de vida o tu manera de pensar, e incluso la critiquen, pero una vida en coherencia con lo que piensas es siempre algo respetable, y permíteme decirte, admirable. Como decía San Juan Crisóstomo, “brille el ejemplo de nuestra vida y no hagamos ningún caso de las críticas”. Brille tu ejemplo, tu alegría, tu generosidad… ¡si brilla tu vida serás una luz para los demás!

 Ya lo decía Santa Teresa, “Y esto de hacer uno lo que ve resplandecer de virtud en otro péguese mucho. Éste es un buen aviso; no se os olvide”.