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Estela Aldave: «A los cristianos nos debe interesar la historia y los lugares porque no creemos en un mito»

David López
13 de septiembre de 2025

Entrevista a Estela Aldave, profesora del CRETA

Con motivo del curso “El cristianismo naciente en Asia Menor. Geografía, textos bíblicos y arqueología”

—Estela, vamos a empezar hablando de la asignatura. ¿Por qué el cristianismo naciente en Asia Menor? ¿Por qué hablar de geografía, de textos bíblicos y de arqueología en un ámbito como el CRETA?
—Aunque el origen de lo que después será el cristianismo está en Israel y Palestina, enseguida los primeros cristianos, ya en la primera generación, saltan fuera de esa tierra y se van ubicando en distintos lugares de la zona del Mediterráneo. Una de las zonas más importantes fuera de Israel es la actual Turquía. Al menos, el cristianismo que ha quedado plasmado en los textos procede de allí, sobre todo de la costa del mar Egeo y de Éfeso. Este territorio fue lugar de mucho crecimiento de comunidades cristianas, un crecimiento progresivo, de tal manera que muchos libros del Nuevo Testamento están escritos en esa zona.
Por eso no podemos entender el cristianismo de los dos primeros siglos sin conocer qué había en la Antigua Asia Menor, cómo se vivía, qué población había, etc.

—¿Por qué ofrecer este curso en este momento?
—Tiene que ver con el periodo que estamos viviendo dentro de la Iglesia. Nos ayuda a entender nuestra situación actual. Muchas veces nos decimos: “Somos pocos, somos insignificantes, nuestra presencia es irrelevante e incluso ninguneada”. Y cuando miramos hacia atrás, vemos que la situación de los primeros cristianos era muy parecida. Eran minoría dentro de otra minoría, con estatus sociales muy bajos y sin relevancia pública. Sin embargo, fueron capaces de sembrar una semilla que transformó el mundo de manera sencilla pero significativa. Esa reflexión me parece crucial: en el decrecimiento, en la pequeñez, puede estar también la oportunidad.

—¿Qué nos vamos a encontrar en el curso?
—Son once sesiones teóricas en el CRETA, con la posibilidad de culminar con un viaje de estudios. En las clases veremos tres grandes bloques: primero, el Imperio romano (literatura, arqueología, contexto histórico); después, el Nuevo Testamento y sus tradiciones en esta zona: Hechos de los Apóstoles, las cartas de Pablo, la tradición de Juan (Evangelio, cartas y Apocalipsis); y finalmente los padres de la Iglesia y los primeros concilios. También estudiaremos a los Padres de la Iglesia hasta el siglo IV, porque muchos de ellos están vinculados a Asia Menor: este año, sin ir más lejos, hemos celebrado el aniversario de Nicea.
Las sesiones combinarán lectura de textos y explicación de ciudades que luego se podrán visitar en el viaje.

—¿Es necesario tener una preparación previa para inscribirse?
—No, no hace falta una formación teológica sólida. Nos adaptaremos para que sea accesible, aunque serio. Cualquier persona interesada podrá seguirlo.

—Dices que no se trata solo de historia… ¿Qué aporta a la fe?
—A los cristianos nos debe interesar la historia y los lugares porque no creemos en un mito. Igual que nos importa la tierra de Jesús, también nos debe importar dónde vivieron los primeros cristianos, qué preguntas se hacían, qué dificultades tenían, qué luces y sombras compartieron. Nuestra fe está encarnada y por eso necesitamos aterrizarla en realidades concretas. El objetivo del curso es tomar conciencia de que no estamos estudiando solo literatura, sino la vida de hombres y mujeres que se encontraron con Cristo y decidieron incluso dar la vida por Él.

—¿El viaje será una peregrinación?
—No, será un viaje de estudios. Tiene una dimensión religiosa, claro, pero el valor añadido es el conocimiento. Visitaremos Éfeso, Afrodisias, Capadocia, Hierápolis, Pamukkale, Antalya… lugares con restos arqueológicos impresionantes. Y lo haremos con la conciencia de que el mensaje cristiano, en medio de los grandes templos romanos, fue algo novedoso y radical, como lo sigue siendo hoy.

—¿El curso puede seguirse online?
—Sí, las once sesiones se impartirán presencialmente, pero también se retransmitirán en vivo por Zoom. No se grabarán, pero cualquiera desde Teruel, Huesca o cualquier lugar podrá seguirlas en directo. El calendario ya está publicado: comienza el 29 de septiembre con “Geografía e historia de la Antigua Asia Menor” y se desarrollará durante octubre, noviembre y diciembre. El viaje será en abril, en primavera.

—Algunos podrían pensar que esto es “otra clase de historia”. ¿Cómo vais a hacerlo atractivo?
—Queremos que sea dinámico, con apoyo fotográfico, mapas y lectura de textos. Siempre vincularemos los datos históricos con los pasajes bíblicos y con la vida de las primeras comunidades. Y, además, el viaje es de por sí un atractivo muy grande.

—Hablemos del profesorado.
—El equipo docente lo formamos varios especialistas. Por ejemplo, contamos con un profesor de Historia y Arqueología de la UNISAR, que trabaja como arqueólogo en Pompeya y ha investigado mucho sobre los sarcófagos de Santa Engracia, aquí en Zaragoza. Somos un grupo diverso y apasionado por estos temas, y creo que eso también se transmite en clase.

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