Por primera vez, el Pontífice presenta personalmente su intención mensual en «El Video del Papa», invitando a los fieles a encontrar consuelo en la relación con Cristo y a dejarse enviar en misión de compasión por el mundo.
«Señor, hoy vengo a tu tierno Corazón…». Con esta oración inédita, profunda y serena, el Papa León XIV inaugura el mes de junio —tradicionalmente dedicado al Sagrado Corazón de Jesús— animando a todos los fieles a crecer en la compasión a través del encuentro personal con Cristo. Por primera vez desde su elección, la voz del Papa puede escucharse en El Video del Papa, una iniciativa de la Red Mundial de Oración del Papa, compartiendo directamente su intención de oración para este mes: «Para que cada uno de nosotros encuentre consolación en la relación personal con Jesús, y aprenda de su corazón la compasión por el mundo».
Una oración que nace del corazón
La oración que acompaña el video, presentada en varios idiomas y con imágenes grabadas en la iglesia del Santo Nombre de Jesús de Roma y en el Santuario nacional del Sagrado Corazón de Makati (Filipinas), es una súplica a Jesús para conocerle, dejarse transformar por su amor y vivir cada circunstancia desde el encuentro con Él. El Papa implora que esa relación íntima se traduzca en una misión concreta: llevar compasión y consuelo a un mundo herido.
El lugar escogido para parte de la grabación no es casual. En Roma, la pintura del Sagrado Corazón de Jesús de Pompeo Batoni —una de las más representativas de esta devoción— ha sido recientemente restaurada, subrayando así el deseo de revitalizar esta espiritualidad en el Año Jubilar 2025.
El Corazón de Cristo, fuente de amor y consuelo
La devoción al Sagrado Corazón no es una novedad en la vida de la Iglesia. Aunque presente desde los orígenes del cristianismo, encontró una nueva vitalidad en el siglo XVII gracias a las revelaciones a santa Margarita María de Alacoque y la interpretación espiritual de san Claudio de La Colombière, SJ. Desde entonces, Papas como Pío IX, León XIII, Pío XI, Pío XII e incluso Francisco —con la reciente encíclica Dilexit nos (2024)— han alentado esta espiritualidad como respuesta al sufrimiento, al pecado y a los males que aquejan a la humanidad.
El Corazón de Jesús representa el amor de Dios hecho carne, un corazón divino y humano a la vez, movido por la compasión ante la pobreza, el dolor y la soledad. Es una llamada a mirar la realidad con los ojos de Cristo y actuar con sus mismos sentimientos.
La compasión como misión
Tal como explica el P. Cristóbal Fones, SJ, Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, la intención de este mes no es sólo devocional, sino misionera: «Cultivando esta relación de verdadera cercanía con Jesús, nuestro corazón se conforma al suyo, crecemos en amor y misericordia, y aprendemos mejor qué es la compasión». En un mundo herido por la pobreza, la indiferencia y la exclusión, el Papa León XIV nos llama a responder no con ideologías ni estrategias humanas, sino con corazones transformados por el amor de Cristo.
Esa compasión no se queda en los sentimientos. Se traduce, como señala Fones, en «acciones concretas que aborden las raíces de la pobreza, la desigualdad y la exclusión», para construir una sociedad más justa, más solidaria, más humana. Así, la misión de los cristianos se convierte en un testimonio vivo de la misericordia de Dios.
El Camino del Corazón: una formación para la misión
Esta propuesta espiritual y apostólica se plasma en el Camino del Corazón, itinerario de formación propuesto por la Red Mundial de Oración del Papa. No se trata de voluntarismo ni activismo. Se trata de una transformación interior, que nace del encuentro con Jesús y lleva a asumir su mirada sobre el mundo. Quien recorre este camino se convierte en apóstol de la oración y discípulo misionero, capaz de discernir los desafíos del mundo desde la perspectiva del Corazón de Cristo.
En palabras del propio P. Fones, «la unión con Cristo hace que percibamos los desafíos del mundo con su mirada y nos movilicemos para afrontarlos mediante la oración y el servicio».
Un Año Santo para la esperanza
Este mensaje del Papa León XIV cobra una resonancia especial en el marco del Año Jubilar 2025, dedicado precisamente a la esperanza. Para recibir las gracias propias del Jubileo, uno de los requisitos es orar por las intenciones del Papa. Esta primera intención, pronunciada en su propia voz, se convierte así en una hoja de ruta espiritual para este mes y para todo el Año Santo: dejarnos encontrar por Jesús, permitir que Él moldee nuestros corazones, y salir al mundo como mensajeros de su consuelo.
En tiempos de incertidumbre y desaliento, León XIV pone el acento en lo esencial: volver al Corazón de Jesús, donde nace la verdadera compasión, capaz de sanar las heridas del mundo.
“Desde este encuentro, envíanos en misión;
una misión de compasión por un mundo
en el que eres la fuente de donde fluye toda consolación.”
(Papa León XIV, Oración al Corazón de Jesús – Junio 2025)
