Unos días antes de Navidad, Cáritas parroquial de Morata de Jalón organizó un mercadillo navideño con el objetivo de dar a conocer la nueva ubicación del ropero. Un ropero que lleva funcionando en Morata de Jalón prácticamente 30 años ininterrumpidamente. Ahora se encuentra en la sede del antiguo ayuntamiento de la localidad y ocupa los locales donde antes se encontraban los Servicios Sociales. El ropero estaba antes en las antiguas escuelas de la localidad y consistía en un aula dividida en dos que servía tanto de almacén como lugar de atención.
Desde Cáritas de Morata de Jalón señalan que «lo bueno de la nueva ubicación es la cercanía a la casa parroquial y a sus locales» lo que va a permitir centralizar todos los servicios parroquiales. «Además de facilitarnos enormemente las tareas, ha mejorado la acogida de personas porque se puede hacer en el despacho parroquial; se pueden programar actividades como charlas y talleres para los participantes cosa que antes era muy difícil; y se puede desarrollar mejor el proyecto de reciclado de ropa haciendo más hincapié en la sensibilización y poder subrayar la importancia de la reutilización, las formas de consumo, economía solidaria», destaca el párroco de Morata de Jalón, Christian Alastuey. «En definitiva, tratará de ser algo más que un lugar donde colaborar comprando ropa a bajo precio, se trata de conseguir un espacio de socialización y de sensibilización», añade.
Dos voluntarias del grupo parroquial de Cáritas son las que se encargan de la gestión del ropero aunque el resto del grupo ayuda en otras tareas como la limpieza o la carga y descarga de la ropa. El funcionamiento es sencillo: se recibe la ropa, se selecciona y el excedente se envía a Calatayud , para el proyecto «A todo trapo». «No se hacen labores ni de selección, ni de lavado ni planchado. Esa labor se deja para el proyecto diocesano con el que se colabora», explica el párroco.
El local consta de un pequeño vestíbulo, el ropero propiamente dicho con almacén y probador, un cuarto para recibir la ropa donada y un baño.
La gente del pueblo, aún sin ser del grupo de Cáritas, se ha implicado en este proyecto ya que han colaborado en la decoración, pintando el local y con el diseño del logotipo. «Por ese lado, estamos muy contentos», asegura el sacerdote.
En el mercadillo que se organizó para inaugar el nuevo ropero, se pusieron a la venta diferentes objetos donados por los vecinos. «Lo de menos es la cantidad conseguida con las ventas, lo importante era que sirviera de excusa para darse una vuelta y de paso poder enseñar el local a quien se acercara. Se obsequió a todo el que quiso con tarta de manzana y dulces típicos de la navidad mientras realizaban la visita». Christian Alastuey no oculta su satisfacción por el resultado del mercadillo porque «a la gente parece que le ha gustado la idea. Esperamos poder seguir avanzando».
OPERACIÓN KILO
Como en años anteriores, en las fechas navideñas, la empresa de CEMEX colaboró con Cáritas parroquial de Morata de Jalón con alrededor de 320 kilos de alimentos que recogieron entre sus trabajadores y distintos proveedores de la fábrica. «Es una ayuda muy importante para las familias más vulnerables de nuestro entorno y agradecemos desde estas líneas este gesto que habla del compromiso de una institución con su gente y con el territorio donde se encuentra. Muchas gracias», señalan desde Cáritas parroquial de Morata de Jalón.