El pasado 30 de abril, falleció en Madrid la hermana Josefina Solans Güerre, hija de Alcolea de Cinca, donde nació un 29 de abril de 1935. Pasó su vida en el Congo, donde llegó como misionera del Sagrado Corazón de Jesús, congregación que había conocido a través del P. Rey-Stolle, SJ., y de la hna. Rosa Porta. Ingresó en la Congregación el 27 de octubre de 1956; su profesión temporal fue el 3 de abril de 1959, en Tarancón.
Ya con destino al llamado Congo Belga, estudió francés en Bruselas. Pasadas las primeras turbulencias de la apenas declarada independencia de este país, en diciembre de 1961, ya está junto con otras cuatro hermanas en el entonces llamado Zaire (1962), en la Misión de Inswen. Los penosos esfuerzos por poner en marcha esta misión fueron entorpecidos por la Rebelión Mulelista entre diferentes tribus de la Región, y fueron ocasión del martirio de otros misioneros. Gracias a los mismos nativos que les piden que abandonen la Región y las ponen a salvo, no pierden la vida, aunque sí, la misión fue saqueada y destruida. Era por el año 1964. Pasado un tiempo y controlada la rebelión regresan a petición del mismo Obispo que les mandó salir para salvarlas. Son nuevas misiones: Mwilanbongo – Koshibanda – Matshi, (entre otras).
Josefina había obtenido los títulos de Medicina Misionera– Cirugía y Obstetricia. También de Corte y Confección, aparte de Pastoral Social. En esas misiones se entregó totalmente al servicio de la Sanidad y Enseñanza Social, motivada por su gran deseo de llevar la misericordia y el amor de Dios a aquellos pueblos a los que llegó a amar tanto y que la siguen amando. También en el periodo intermedio de la Misión, fue responsable en España de la Comunidad de Hermanas enfermas y Mayores en Madrid-López Aranda 7.
A partir del año 2016 en el que por motivos de su salud salió de la actual R. D. del Congo – ha permanecido en Madrid -Las Rosas, con una salud precaria. En el Congo, por su experiencia y gran sentido de responsabilidad fue elegida Consejera Local; también Regional, y Formadora en las Primeras Etapas de las Vocaciones Congolesas, por quienes ha sido siempre muy querida y ahora lloran su ausencia.
Su muerte, la noche del día 30 de abril, causada por un problema cardiaco y respiratorio, ha sido inesperada, rápida, precisamente al día siguiente de celebrar con gran gozo y algarabía sus 90 años de vida. Josefina, era una persona de convicciones sólidas y profundas, seria, más bien reservada, pero al trato, serena, acogedora, su sincera y espontanea sonrisa, al lado de su modo de actuar inspiraban confianza a todas.
Descanse en paz.