Se acerca la Cuaresma y la Iglesia nos invita a vivir un camino de conversión de 40 días, marcados por el ayuno, la oración y la penitencia. Este tiempo de renuncia nos prepara para vivir, con profundidad, el gran Misterio Pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. El tiempo de Cuaresma de este 2022 se inicia el 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, y termina el 14 de abril, antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo.
CENIZAS Y PURIFICACIÓN
La Cuaresma se inicia con las cenizas y termina con la luz de la Vigilia pascual. Dos elementos significativos con grandes connotaciones para los cristianos. La imposición de las cenizas da comienzo a una estación espiritual relevante para todo cristiano que desea prepararse para vivir con intensidad la Semana Santa. El significado de las cenizas de muerte, caducidad y también de penitencia nos llevan a replantearnos que es necesario que se queme algo en nosotros para dar lugar a una persona nueva que intente vivir, pensar y sentir como el mismo Cristo.
VIAJE AL DESIERTO
La duración de la Cuaresma de 40 días está basada en los siguientes hechos que acontecen en la Biblia: cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña y los 40 días en los que Jesús permaneció solo en el desierto de Judea. El Espíritu Santo llevó a Jesús hasta ese extenso lugar de 1.500 kilómetros, lleno de yacimientos arqueológicos, donde es muy difícil caminar bajo una temperatura extrema: excesivo calor durante el día y mucho frío por la noche. Jesús no tenía agua, ni comida, ni refugio. En ese momento de gran dificultad, el demonio le acechaba con sus insistentes tentaciones, pero Jesús confió en el poder de la oración y lo venció. Aceptó la voluntad del Padre, abandonando la suya, y derrotó al pecado para toda la eternidad. Nos salvó a todos.
RENOVAR NUESTRA FE
Para los cristianos, el desierto tiene una connotación profunda. Es un lugar al que podemos acudir para meditar, cambiar, trasnformarnos, arrepentirnos de nuestros pecados y convertirnos. Se trata de reconciliarnos con Dios y demostrarle lo mucho que lo amamos.
Durante el tiempo de Cuaresma, se nos presenta la oportunidad de acercarnos más al corazón del Padre, pero antes debemos reparar nuestras fallas y corregir todo lo que hemos hecho mal.
En la pedagogía de desierto encontramos la clave para vivir con profundidad la Semana Santa. El mejor ejemplo de vida lo tenemos en la forma de actuar de Jesús y de la Virgen María.
VIVIR LA CUARESMA
La Iglesia nos propone una serie de medios concretos para ayudarnos a vivir este tiempo especial de purificación y oración. En primer lugar, nos invita a arrepentirnos de nuestros pecados y acudir al Sacramento de la Confesión.
En segundo lugar, nos aconseja analizar nuestra conducta para conocer en qué estamos fallando. Otro punto relevante es hacer sacrificios, es decir, ofrecer a Dios cosas que te cuentan trabajo porque lo amas. Y, por último, hacer oración y aprovechar para conversar con Dios, leer la Biblia y meditar con algún libro.
RECURSOS Y REFLEXIÓN
Con el propósito de profundizar en la vivencia de la Semana Mayor, la Conferencia Episcopal Española, desde el Secretariado de la Comisión de Liturgia, ha puesto a disposición de los fieles y usuarios de la web, una serie de recursos para ayudar a vivir la Semana Santa, «por los caminos de la Pasión y la Gloria”.
Entre los recursos se encuentran reflexiones con referencia a los días santos, se ofrecen comentarios para las lecturas de la Semana Santa. Entre los materiales, también se recuerda el modo del observar el ayuno y la abstinencia, de acuerdo con la nota emitida por la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Española . Los materiales están disponibles en la web de la CEE.