En la intimidad del convento, acompañado por el párroco Héctor Abel y nuestro diácono permanente, Vicente Iserte, don Antonio Gómez Cantero celebró el pasado martes, en el Convento de Agustinas de Rubielos, la jornada de la Vida Consagrada.
Las Madres Agustinas son el único convento de Vida Contemplativa que queda en nuestra diócesis tras la marcha de las Madres Carmelitas de Teruel.
Don Antonio en la homilía les recordó que:
En esta fiesta de la Presentación del Señor, la Iglesia celebra la Jornada de la vida consagrada. Se trata de una ocasión oportuna para alabar al Señor y darle gracias por el don inestimable que constituye la vida consagrada en sus diferentes formas; al mismo tiempo, es un estímulo a promover en todo el pueblo de Dios el conocimiento y la estima por quienes están totalmente consagrados a Dios.
Fue una íntima y bonita que celebración que sirve de despedida de don Antonio de las Madres Agustinas.
