Ante la pandemia y sus limitaciones, en Binéfar han hallado el modo de contar con su alfombra en el día del Corpus. Los binefarenses no han querido romper la tradición de engalanar con alfombras de colores el pueblo para testimoniar a Cristo que están deseosos de su llegada, para decirle que llenan de gracia sus calles con millares de flores rendidas a sus pies porque aguardan el paso de su Cuerpo y de su Sangre, y para pedirle con artística entrega su mirada y su bendición.
Una breve alfombra multicolor, la que suma 66 ediciones, colocada en el pasillo central de la iglesia de San Pedro, al pie del presbiterio, testimoniaba durante la «misa vespertina del Corpus” este deseo de ofrecerle al Señor su bienvenida. Realizada en papel, con portadas de la revista El Romeral, porque –nos cuentan– «todos los años Él viene a Binéfar a bendecirnos y procesiona nuestras calles y nuestros altares para estar cerca de nuestras casas, de nuestros trabajos y de nuestras vidas. Este año, que no puede hacerlo, y que nosotros no podemos brindarle nuestra acogida, le llevamos nuestras actividades parroquiales, nuestras inquietudes colectivas, preocupaciones y satisfacciones a su casa (están escritas en las hojas de esa revista), para que Él nos las acoja, las bendiga y las vista de gracia para Binéfar.»