La Diócesis de Barbastro-Monzón ha despedido este lunes, 27 de octubre, al sacerdote José Antonio Boix García, fallecido el sábado, 25 de octubre. La iglesia de San Pedro Apóstol de Binéfar, su localidad natal, ha acogido el funeral presidido por el vicario general, Ángel Noguero, y concelebrado por varios de sus compañeros.
La secretaria canciller, Beatriz Mairal, ha dado lectura al obituario de este presbítero diocesano, llamado por el Señor a su Reino a la edad de 89 años, 66 de ellos dedicados al ministerio sacerdotal. Llevó adelante su vida con entereza, también ante la enfermedad, y siempre entregado al servicio de la Iglesia.
Hijo de don Antonio y doña Josefa, nació en Binéfar el 12 de febrero de 1936 y fue bautizado cuatro días después de su nacimiento.
Cursó los Estudios Eclesiásticos en el Seminario de Lérida, desde 1947 hasta su ordenación sacerdotal, que tuvo lugar en Lérida, el 23 de mayo de 1959.
Los años de su ministerio presbiteral han transcurrido al servicio, en primer lugar, de las parroquias de Almenar, Albalate de Cinca y San Lorenzo de Lérida, donde fue coadjutor.
Después ejerció de ecónomo en las parroquias de Ibars de Noguera y Castillonrroy. Fue encargado de Andaní.
La mayor parte de su ministerio lo desarrolló en la parroquia de Albelda, período dentro del cual estuvo diez años como encargado de Castillonrroy. En Albelda, su interés por la música le llevó a participar en la fundación de la rondalla de San Roque, con la que viajó por toda Europa.
Fue arcipreste de La Litera, desde el 16 de octubre de 1980 hasta el 15 de junio de 1998, año en el que también se incardinó en la Diócesis de Barbastro -Monzón. Posteriormente, el 5 de diciembre de 2000, recibió el nombramiento como miembro del Consejo Presbiteral.
En todos los cargos que le fueron encomendados dejó una huella imborrable por su forma de ser: afable y cercana. Jubilado en la actualidad, residía en Binéfar natal con su hermana.
La Iglesia diocesana de Barbastro-Monzón acompaña a la familia y personas queridas de don José Antonio, encomendando confiadamente en las manos de Dios a este servidor bueno y fiel.
Descanse en paz.
