El pasado 15 de noviembre celebramos el jubileo diocesano de los monaguillos en la basílica del Santo Sepulcro de Calatayud. La celebración comenzó a las 11 de la mañana en la colegiata de Santa María, donde nos reunimos los monaguillos Jaime, Sergio, Fernando, Torcuato, Adrián, Diego, Alberto y Félix junto con sacerdotes y familiares venidos desde Tarazona, Lituénigo, Illueca y Calatayud. Allí visitamos la colegiata, el claustro y los más ágiles incluso subieron a la torre.
Desde allí fuimos a la parroquia de San Juan, donde D. Justo nos explicó la historia del templo y nos obsequió con unos dulces. Pudimos subir al órgano y venerar a la Virgen del Pilar.
Desde allí seguimos nuestra “peregrinación” hasta la basílica pasando por edificios tan emblemáticos como la iglesia de San Pedro, con su torre inclinada, la plaza de España o el Mesón de la Dolores. Una vez en la basílica, nos explicaron la historia del templo y la catequesis del baldaquino, que nos habla de la resurrección. Allí celebramos la Santa Misa en la cual pudimos ejercer nuestro ministerio de monaguillos y D. Javier, que estaba acompañado de D. Ignacio y D. César, nos recordó la importancia que tiene la figura del monaguillo y que es una llamada que Dios nos hace para estar muy cerca del Altar con Él. Recordó a aquel niño que acercó a Jesús los cinco panes y dos peces para hacer el milagro de la multiplicación, que es algo parecido a lo que hacemos nosotros acercando el pan y el vino al Altar.
Después fuimos todos a comer a una hamburguesería, donde lo pasamos fenomenal con nuestras familias y párrocos.
La jornada terminó con una oración a la Virgen en la basílica y una visita al órgano y al claustro alto.
Sin duda fue un día magnífico que tendremos que repetir. Damos gracias a Dios por haber podido compartirlo y seguiremos encontrándonos en distintos lugares para disfrutar de esta vocación y seguir sirviendo junto al Altar en la celebración de la Santa Misa.
Los monaguillos.