Hemos dejado atrás el tiempo de verano, tiempo de descanso, de encuentro con las personas que durante el ritmo del año no es fácil realizar; tiempo de naturaleza y de Dios. Son muchas las fiestas patronales, romerías… que hemos celebrado durante estos meses, seguro que nos han permitido honrar a nuestros intercesores, alimentar nuestra fe con el ejemplo de sus vidas y profundizar nuestras devociones, lo cual nos viene muy bien porque en vacaciones corremos el riesgo de alejarnos un poco de Dios.
Ahora nos toca mirar hacia delante, iniciar el nuevo curso con esperanza y paz, con mucha fuerza y confianza, porque el Señor está a nuestro lado, porque somos muchos los que formamos parte de nuestra diócesis de Tarazona con la ilusión de que el Evangelio de Cristo llegue cada vez a más personas. Tengamos un espíritu vivo, abierto y emprendedor para afrontar los desafíos de nuestro tiempo. Dejémonos guiar por la audacia del Evangelio y como, diría San Pablo, “toma parte en los duros trabajos del Evangelio según las fuerzas que Dios te dé” (II Tim. 1, 8).
Tenemos un curso por delante para seguir desarrollando nuestro Plan Diocesano de Pastoral, “Id y proclamad el Evangelio” Este es su tercer año de aplicación, seguimos con el objetivo de “ser Iglesia que anuncia el Evangelio, celebra la fe y sirve desde la caridad”. El Consejo Presbiteral y el de Pastoral quieren que potenciemos la pastoral con jóvenes, comenzando por los confirmados y la pastoral vocacional. Necesitamos fortalecer la conciencia de sentirnos llamados por Dios a buscar nuestro puesto en la iglesia y ojalá que esto pueda hacer surgir nuevas vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada.
Novedad especial es que ya está funcionando, en las instalaciones del seminario, nuestro Colegio de la Sagrada Familia. Ha sido una opción por dotar de nuevos medios a esta tarea tan importante como es la educación y la enseñanza. El trabajo pastoral con los alumnos y los padres nos va a permitir sembrar Evangelio en muchas familias.
Durante este nuevo curso, es mi intención iniciar la visita pastoral a los distintos arciprestazgos y parroquias, y a todas las realidades que las forman. He visitado ya muchas parroquias, con la visita pastoral quiero conocer la vida pastoral de forma más profunda, sus inquietudes y necesidades, sus preocupaciones y sus esperanzas, y también, el resto de las realidades humanas con las que conviven.
Durante este mes de septiembre tendremos la peregrinación diocesana a Roma con motivo del Año Santo. Cruzaremos la puerta Santa, estaremos con el Santo Padre, ganaremos la indulgencia jubilar. También nos servirá como adhesión de nuestra diócesis al Papa León XIV. Confiemos mucho en el don de la misericordia de Dios, y en el don de la esperanza para seguir afianzando nuestro compromiso de vida cristiana.
En diciembre este año clausuraremos el Año Santo, lo haremos con una Eucaristía en la Catedral el último domingo del año.
Todas estas realidades y muchas más van a llenar este curso que comenzamos. Pedimos a María, nuestra madre que siempre nos ayuda, a estar dispuestos a hacer lo que Él nos diga y así, ser instrumentos fieles del Evangelio al servicio de los demás.