El próximo martes 20 de mayo de 2025 en la Casa de la Iglesia de la Iglesia las religiosas de los monasterios de vida contemplativa de nuestra Archidiócesis celebrarán el Jubileo diocesano de la Vida monástica convocado desde la delegación de Vida Consagrada.
En el «Espejo de la Iglesia en Aragón» de COPE entrevistamos el Jesuita José Manuel Peco, delegado de la Vida Consagrada de la Archidiócesis de Zaragoza. A continuación, transcribimos la entrevista.
Rocío Álvarez: Como todos sabemos, estamos en pleno Año Jubilar, el año comenzó con el Jubileo de los periodistas, al que, además, tuve la suerte de asistir con el resto de responsables de comunicación de las diócesis de España. Y así semana tras semana se han ido sucediendo distintos jubileos. Este fin de semana, por ejemplo, es el de las cofradías, el de los adolescentes coincidió con el funeral del Papa Francisco y el de la Vida consagrada si no me equivoco José Manuel es en octubre. Todavía queda, pero aquí en la diócesis habéis querido preparar un Jubileo de la Vida Monástica diocesano.
José Manuel Peco: Sí, es verdad, el Jubileo va ser en el mes de octubre, pero queríamos que la Vida Monástica, es decir, las religiosas que están en clausura, pues les será más difícil el poder asistir en Roma a este Jubileo. Y entonces pensábamos que, bueno, pues si el Jubileo se trata de caminar juntos en la esperanza, pues estas hermanas que también forman parte de la diócesis y que viven en nuestras diócesis su vida consagrada al Señor, pues sería bueno que se pudiera juntar para poder dar gracias y para poder alabar a Dios en este año Jubilar.
R.Á.: ¿Y cuéntanos un poco el programa cómo lo habéis estructurado para ese 20 de mayo?
J.M.P.: Sí, bueno, es muy sencillo, primero pues una acogida porque vienen de distintos monasterios, después rezaremos como no la hora intermedia, después tendremos una charla que Don Carlos Escribano como arzobispo de la diócesis, y pues lo que le quiere contar a las religiosas de clausura, después un diálogo en que ellas puedan preguntarle y puedan también enterarse sobre la vida de la diócesis, para luego caminar desde la Casa de la Iglesia hasta la Basílica del Pilar y allí poder tener la Eucaristía.
R.Á.: El arzobispo dará un mensaje, un discurso, se sabe de qué hablar o será una temática un poco así abierta, fraterna hacia las religiosas.
J.M.P.: Cuando planteamos este Jubileo, yo le dije a Don Carlos: lo que usted les quiera comunicar, lo que les pueda decir sobre la diócesis, para que también se puedan estar un poco como unidas al vivir y al sentir de la diócesis. Entonces no sabemos muy bien de lo que hablará, pero supongo que será sobre esta temática.
R.Á.: Se espera además vivir este momento jubilar con gozo y alegría, ¿qué espíritu se busca fomentar entre las comunidades monásticas durante la jornada?
J.M.P.: Se trata de unirse y de juntas rezar, de juntas conocerse, porque algunas pues no se conocen, porque ha habido algunos cambios de algunas religiosas, que han venido jóvenes de otros países y entonces, pues el poder tener como un espíritu de unión, de saber compartir juntas esta jornada y de sentirse, que son parte fundamental de esta diócesis, porque son el corazón, el pulmón de esta diócesis, con sus oraciones y con su respuesta al Señor de generosidad y de entrega.
R.Á.: Don Carlos además ha cocido los permisos necesarios para que las comunidades puedan asistir, ¿cómo se ha gestionado esto?
J.M.P.: Bueno, yo le pregunté a Don Carlos si había que hacer algún permiso especial y él me dijo enseguida, en principio siendo el Jubileo, pues ya sería este motivo suficiente para poder salir, pero por si acaso, por si acaso, pues yo les dices en la carta de presentación de la jornada que concede todos los permisos necesarios para que puedan salir y puedan incorporarse a este Jubileo.
R.Á.: ¿Cuéntanos cuántos monasterios tenemos en la diócesis y cuántos son de clausura?
J.M.P.: Bueno, monasterio como tal son los de clausura, los otros son ya comunidades vida apostólica, monasterios dentro de la diócesis tenemos 13 de los cuales 10 están en la ciudad y 3 están en Caspe, en Épila, en Daroca, en distintos sitios, los otros son en la ciudad de Zaragoza.
R.Á.: ¿Y todos son de clausura?
J.M.P.: Todos son de clausura y todos son femeninos, no hay ningún monasterio de vida contemplativa masculino, es una pena, pero en este momento solamente tenemos femeninos.
R.Á.: Y en la que se refiere a la vida consagrada a nuestra diócesis, ¿cuál es la realidad y la tendencia que se va observando en nuestra Iglesia local?
J.M.P.: La realidad es que las comunidades van siendo cada vez más mayores, van pudiendo responder menos a todo lo que quisieran y la dificultad esa se intenta contrarrestar con la llegada de otras personas, de otras nacionalidades que quieren vivir también aquí su vida de fe. Esto a veces da la sensación de un agobio porque no llegamos, porque ya nos hacemos mayores, porque no estamos esto, pero también es verdad que la riqueza de la vida consagrada cuando van pasando los años, pues se va demostrando que es una esperanza, es decir, merece la pena y da sentido a nuestra vida de entrega y disponibilidad.
R.Á.: ¿Qué nos dirías al resto de fieles de la archidiócesis que no pertenecemos al estado de vida consagrada para que contemplemos este evento también y podamos ayudar de otra manera que a que todo vaya bien y a que sepamos valorar toda la riqueza que supone la vida consagrada en la diócesis?
J.M.P.: Sí, la vida consagrada y sobre todo las religiosas de vida que no están, que no son activas en el monasterio de vida contemplativa, se dedican todo el año a pedir y a rezar por la vida de la Iglesia y por la vida de los cristianos. Entonces, a lo mejor en esta jornada en que queremos hacer este Jubileo de la Vida Monástica, pedir a todos los laicos, vida consagrada, a todos que pidan por estas hermanas para que el Señor les siga dando esa fortaleza que necesitan para seguir viviendo este espíritu de entrega, de generosidad y de disponibilidad al servicio de la Iglesia y al servicio de la misión. Los laicos y los religiosos y sacerdotes de vida activa son los que llevan la misión de llevar y anunciar el Evangelio a todos los lugares, pero la vida monástica pues lo que hace es rezar para que eso se pueda llevar adelante, para que nos de la fuerza necesaria que necesitamos para poder llevar adelante el mensaje de Jesucristo.
R.Á.: Muchísimas gracias José Manuel ayudarnos a redescubrir y a valorar la belleza y la importancia de la vida consagrada en nuestra archidiócesis que este Jubileo sea fuente de bendiciones para todas las comunidades y por ende para la diócesis. Un saludo, José Manuel, gracias.
J.M.P.: Gracias por muchísimas, gracias a ti.