«En esperanza fuimos salvados»: la Iglesia en España acompaña a los enfermos con el corazón puesto en el Jubileo

David López
15 de mayo de 2025

La Iglesia en España celebra el próximo 25 de mayo la Pascua del Enfermo, punto culminante de la Campaña del Enfermo 2025, que se inició el pasado 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes. Bajo el lema «En esperanza fuimos salvados» (Rom 8,24), esta edición se enmarca de forma especial en el contexto del Jubileo 2025, cuyo lema general es «Peregrinos de esperanza».

Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social han publicado un mensaje con ocasión de esta jornada en el que expresan su gratitud por la elección del nuevo papa León XIV, a la vez que encomiendan a Dios el alma del recientemente fallecido papa Francisco, «quien ha culminado su peregrinación de esperanza».

En su carta, los prelados subrayan que la celebración de esta Pascua del Enfermo está íntimamente unida a la resurrección de Jesucristo, fuente de toda esperanza. Desde esa certeza, invitan a mirar la enfermedad no solo como una prueba, sino como una ocasión privilegiada de encuentro con el Señor, siguiendo el mandato de Jesús a sus discípulos de proclamar a los enfermos: «El Reino de Dios está cerca de vosotros» (Lc 10,9).

«La esperanza no defrauda» (Rom 5,5), recuerdan los obispos, y esa es la convicción que guía esta campaña: la certeza de que el dolor, vivido a la luz de la cruz y de la resurrección, puede transformarse en camino de salvación y fortaleza interior, no solo para quien lo sufre, sino también para quienes lo acompañan con ternura y cercanía.

Los obispos reconocen que el sufrimiento puede hacer tambalear la esperanza, pero señalan que, aun en medio de la oscuridad, resplandece la luz de Cristo resucitado. Por eso, insisten en que el presente —aunque sea difícil— se puede vivir si conduce hacia una meta segura, si se alimenta de una esperanza firme y confiada.

En este camino, la Iglesia invita a tener momentos fuertes que fortalezcan el espíritu, que ayuden a vislumbrar el horizonte del encuentro con Cristo. La enfermedad, afirman, puede ser uno de esos momentos transformadores: «una experiencia que, incluso en el sacrificio, nos vuelve más fuertes, porque nos hace más conscientes de que no estamos solos».

Al final del mensaje, los obispos evocan unas palabras del papa Francisco dirigidas a los enfermos y a quienes les cuidan: «Su caminar juntos, en efecto, es un signo para todos, un himno a la dignidad humana, un canto de esperanza». Y concluyen su mensaje encomendando esta peregrinación a Santa María, Madre de la Esperanza, para que no deje de acompañar a cuantos sufren.

Con esta campaña, la Iglesia recuerda una vez más su vocación de estar cerca de los que sufren, con gestos concretos y con una palabra de aliento que brota del Evangelio. Porque, como subraya san Pablo, la esperanza nos ha salvado, y es también la que sostiene cada día a quienes caminan heridos por la enfermedad.

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