Los sacerdotes diocesanos Jesús Manuel Abad Trívez, Miguel Ángel Estella Marín y Carlos Palomero Nogueras tomaron posesion como nuevos canónigos del Cabildo Metropolitano de Zaragoza el pasado 28 de febrero en la catedral basílica del Pilar. Ellos nos responden a algunas preguntas sobre su trayectoria en la diócesis y la manera en que han acogido este nombramiento.
¿Cuál ha sido vuestra trayectoria en la archidiócesis de Zaragoza?
Jesús Abad: Primero he sido párroco de Calaceite, Cretas y Arens de Lledo cinco años. Párroco de Caspe, 7 años. Un año de Capellán del Cementerio. y llevo 21 años de párroco de San Braulio. Durante varios años he sido Arcipreste de Valderrobres y también Arcipreste de Gran Vía.
Miguel Ángel Estella: Mis cargos al servicio de la diócesis tras ser ordenado sacerdote en 1994 han sido de adjunto a la Dirección de la Fundación Canónica “Obra Diocesana Santo Domingo de Silos”, Capellán de las Comendadoras Canonesas del Santo Sepulcro, Capellán de la Hermandad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia, Vicario Parroquial de la Parroquia de San José Artesan, Director de la Residencia de la Casa Sacerdotal San Carlos Borromeo y Director del Servicio al Culto en la Iglesia del Seminario Sacerdotal San Carlos, Párroco de la Parroquia de San Juan de Ávila y Santa Teresa de Jesús, Arcipreste del Arciprestazgo de Las Fuentes, Vicerrector del Seminario Metropolitano de Zaragoza, Consiliario Diocesano del Movimiento Familiar Cristiano, Colaborador Parroquial de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, Párroco de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, Arcipreste del Arciprestazgo de Santa Engracia, Consiliario de la Hermandad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia.
Carlos Palomero: Me ordenaron sacerdote el 27 de abril de 2003 y mi primer destino fueron los pueblos de: Híjar, Urrea de Gaen, Vinaceite, Azaila y Almochuel. donde estuve hasta septiembre de 2010, que fui destinado a la parroquia de San Juan de Ávila y Santa Teresa de Jesús hasta el año 2017. Posteriormente fui nombrado presidente del Real Seminario sacerdotal de San Carlos, director de la casa sacerdotal de San Carlos, a su vez vicario parroquial de la parroquia de San Miguel de los Navarros. En 2022 fui nombrado director-rector de la iglesia del Real Seminario de San Carlos.
¿Qué cargos ostentas actualmente?
J. A: En la actualidad soy Padre Espiritual del Seminario y Director para la formación de los Diáconos Permanentes y párroco de San Braulio.
M. A. E: Actualmente soy párroco de la Parroquia de San Gil Abad.
C. P.: A finales de enero de 2024 fui nombrado consiliario de la Junta coordinadora de cofradías de la Semana Santa de Zaragoza y consiliario de la delegación episcopal de pastoral de las cofradías y hermandades de Semana Santa, dejando la función de vicario parroquial de San Miguel. A su vez soy consiliario de la cofradía del Santísimo Ecce Homo y Nuestra Señora de las Angustias de Zaragoza, viceconsiliario de la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén y consiliario de la Asociación Española de Veteranos de las Brigadas de Tropas de Socorro. Recientemente, en el mes de febrero de 2025, he sido nombrado canónigo del Cabildo de Zaragoza, y me han asignando la función de director del colegio de Infantes del Pilar y contador 1.
¿Cómo acogéis este nombramiento?
J. A: Primero con sorpresa por la elección de D. Carlos. También tengo la ilusión de ejercer mi ministerio cerca de la Virgen del Pilar. Pondré todo mi interés en servir a la Iglesia desde este servicio.
M. A. E: Acojo este nombramiento, en primer lugar, con humildad y actitud plena de servicio a Dios y a los hermanos, en este querida Diócesis de Zaragoza. Ilusionado de poder realizar un trabajo en equipo junto a los demás miembros capitulares. Agradecido de poder estar tan cerca de la Santísima Virgen del Pilar.
C. P.: Con una enorme ilusión y alegría, como no se puede acoger de otra manera. Algo tan especial y único como es atender la labor pastoral de nuestras catedrales y esta basílica de la Virgen del Pilar, que es un lugar de atracción de tantas peregrinaciones y visitas, se convierte en una responsabilidad muy grande pero muy recompensada por la emocion que genera estar a los pies de nuestra madre y poner en sus manos tantos deseos, ruegos y sentimientos de todos los que la visitamos. Cada día le repito esa hermosa oración que rezamos en una de sus oraciones y en la que le decimos que nos dé: fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Doy gracias a Dios por poner en mis pequeñas manos algo tan grande y espero estar a la altura de lo que realmente supone. Sé que la Virgen del Pilar como buena madre que es y conoce mis temores y debilidades, me ayudará.