El domingo 19 de noviembre se celebró en el convento de las Carmelitas de Maluenda  la toma del hábito de la hermana Fátima del Niño Jesús. Ella nos expresó que la vivió con mucha alegría y que tiene muchas ganas de seguir disfrutando de la vida que se les ofrece en el Carmelo. Pero además de esto, nos contó muchas más cosas en la entrevista que tuvimos la oportunidad de hacerle.

 

¿A qué edad y en qué momento descubriste tu vocación de ser monja?

Crecí en un ambiente formal de padres católicos, me instruyeron desde muy niña, así que fui creciendo con buenos valores. Además, mis padres no sólo vivían la fe en la familia, sino que además, eran catequistas en la parroquia del pueblo; como era un lugar retirado de la provincia, ellos decidieron que los cursos secundarios los cursara en un internado que lo llevan los Hermanos Corazonistas laicos de Madrid. Me educaron muy bien, tanto en el aspecto personal, como en el social.

Para iniciar los cursos superiores me tuve que trasladar a la casa hogar Virgen de Fátima en Yurimaguas. Regida por la Hna. Inés, que desde entonces forma a muchas jóvenes tanto en lo espiritual, como en lo académico. En esos pasos de mi vida y estancia, descubrí la llamada del Señor. Allí, con la constante comunicación sentí que el Señor me llamaba al Carmelo. Después de haber vencido las dificultades propias de la decisión que tuve que tomar para emprender una nueva vida, volé a España, después de haber terminado 1º y 2º de Magisterio. Entré en el Carmelo el 18 de marzo de 2017  y con grandes deseos inicié mi vida religiosa en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Maluenda.

 

¿Qué significa para ti de haber tomado el Hábito de Carmelita Descalza?

Es un escalón más que ascendí en mi vida como religiosa. Para vivir con más intensidad y entrega la vida del Carmelo, siguiendo la doctrina y los ejemplos que nos dejó la Santa Madre Teresa de Jesús.

 

¿Cómo viviste la fiesta para iniciar esta nueva etapa?

La viví con mucha alegría, más contenta que nunca y con mucha tranquilidad y ánimo de seguir disfrutando de la vida que se nos ofrece en el Carmelo. Con la ayuda del Señor y de mis queridas hermanas, seguiré adelante. Amo al Carmelo y deseo seguir al Señor hasta el día final de mi vida.

 

No eres de España. ¿Cómo ha sido el cambio de país?

A través de la historia, yo ya comencé a decubrir y a querer a España. Ya que los primeros colonizadores llevaron la fe católica y con ella el conocimiento de Dios. Además, el bonito lenguaje  del «Castellano» también me enamoró. Tengo que remarcar que sentí mucho cariño por parte de las hermanas desde los primeros contactos con las M.Carmelitas de Maluenda. Y agradecí y agradezco la ayuda que nos brindaron aquellas personas que se interesaron en apoyar a la » Casa Hogar Virgen de Fátima», donde se llevó a cabo un concierto con Calatayud. Con aquella recaudación que recibieron, la donaron con gran generosidad a la Casa Hogar Virgen de Fátima.  Además cuando llegué a España,me gustó mucho el ambiente mismo, tan acogedor. Puedo decir que no me costó hacerme a España, ahora ya formo parte de ella, y me considero parte de Maluenda, donde he encontrado una mansión de paz y de entrega al Señor en la vida del convento.

 

¿Cuáles crees que son los retos a los que os enfrentáis, a la hora de seguir mejorando la sociedad, las monjas más jóvenes que entráis ahora?

El vivir sencillamente lo que es la vida del Carmelo; por supuesto mejorando pequeñas costumbres o necesidades de tiempos anteriores, pero todo eso no destruye a lo que tan santamente vivieron nuestras mayores, la austeridad, la alegría y el trato diario en la comunidad. Algo que nos anima a seguir luchando por la vocación a la que el Señor nos ha llamado. «Rogamos por la Iglesia, por los adultos, jóvenes y niños; que sean verdaderos cristianos, seguidores de Cristo y de la Stma. Virgen María». Como jóvenes tenemos que hacer vida la frase tan hermosa de santa Teresa de Jesús Ntra.Madre.» Que seamos cimientos de las que están por venir».