El Colegio Las Viñas de Teruel ha celebrado un año más su tradicional Belén Viviente, una cita muy esperada por la comunidad educativa y que, como es habitual, ha sido representada por el alumnado de 1º de Bachillerato. Esta actividad, ya consolidada como una tradición del centro, combina la reflexión con los valores propios de la Navidad.
En esta edición, el Belén Viviente ha estado dedicado al cielo, entendido no como un lugar lejano, sino como una actitud y una forma de vivir basada en los valores humanos y cristianos. A través de las distintas escenas, los alumnos han transmitido mensajes sencillos pero profundos, vinculando cada oficio con una manera concreta de construir el cielo en la vida cotidiana. La estrella que anunciaba la Navidad llegó al portal de Belén en dron
Así, los queseros recordaron que el cielo es dar tu tiempo; los panaderos, que el cielo es ser paciente; y los carniceros, que el cielo es estar contento. Los pastores pusieron el acento en que el cielo es mirar al otro, mientras que los pasteleros destacaron que el cielo es ser cariñoso. Por su parte, el posadero expresó que el cielo es servir, y el alfarero señaló que el cielo es ser amable, cuidadoso, respetuoso, educado y considerado.
En contraste, los romanos irrumpieron con la afirmación “esto no es el cielo”, subrayando la oposición entre una vida basada en el poder y otra centrada en los valores.
La celebración se completó con una chocolatada organizada por el AMPA, que contribuyó a crear un ambiente festivo y de convivencia. Además, la empresa Rokelin donó un jamón que fue sorteado entre los asistentes.
El Belén Viviente volvió a ser una experiencia significativa convirtiéndose en un espacio de encuentro, reflexión y celebración del verdadero sentido de la Navidad en el Colegio Las Viñas de Teruel.
