Carta del obispo de Tarazona del 28 de septiembre – Peregrinamos a Roma

Vicente Rebollo Mozos
26 de septiembre de 2025

El lunes, 29 de septiembre, comenzamos nuestra peregrinación diocesana a Roma, en el contexto de este año jubilar, para ganar la indulgencia plenaria. Somos 100 peregrinos y llevamos con nosotros a toda la diócesis. Cruzaremos las distintas puertas santas de las cuatro basílicas mayores, cumpliendo así la tradición de todo año jubilar, peregrinar a la Ciudad Santa, cruzar la puerta del perdón y ganar la indulgencia plenaria.

Es toda la diócesis la que se une a este jubileo, significado así, que somos parte de la iglesia universal, que necesitamos la gracia de Dios para seguir siendo fieles a sus designios salvíficos y nos sentiremos peregrinos de esperanza. Peregrinar es un hecho físico, pero es expresión de un deseo espiritual de abandonar el pasado negativo que nos aparta de Dios y de los hermanos, de un deseo de reconciliarnos con Dios y de un propósito de comenzar una nueva vida. Queremos recibir las indulgencias que nos ayuden a transformar nuestra vida a la luz del Evangelio.

La peregrinación tiene un profundo sentido penitencial, el Señor muestra toda su misericordia al perdonarnos sin límites y devolviéndonos la dignidad de hijos de Dios. “No hay mejor manera de conocer a Dios que dejándonos reconciliar con Él, experimentando su perdón” nos dice el Papa Francisco en la bula de convocatoria del año jubilar (SNC 23), y nos anima el Papa diciendo “no renunciemos a la confesión sino redescubramos la belleza del sacramento de la sanación y la alegría la belleza del perdón de los pecados” (23). El catecismo nos ayuda a entender la necesidad de la indulgencia “todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas que es preciso purificar, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio. Esta purificación libera de lo que se llama la “pena temporal” del pecado” (1472).

La bula nos dice que la indulgencia que se gana en el jubileo remueve los efectos residuales del pecado en nosotros, siempre por la gracia de Cristo el cual “es nuestra indulgencia” (SNC 23). Esta generosidad de la misericordia cambia nuestra vida, porque “el perdón no puede cambiar el pasado, pero sí puede permitir que cambie el futuro y se viva de manera diferente sin rencor, sin venganza” (SNC 23).

Tenemos mucha esperanza en venir renovados de esta peregrinación y también nuestra diócesis de Tarazona, la gracia del Jubileo se puede lucrar para otras personas. Nos ayudará a todos a ser más fieles al Evangelio y a concretar en nuestra vida de cada día lo que el Señor nos vaya sugiriendo. Tendremos ocasión también de estar con el Papa León XIV en la audiencia del miércoles para expresarle nuestra comunión con él, nuestro respeto y nuestra adhesión a sus intenciones, nuestra fidelidad como iglesia de Diocesana.

Contamos para que nuestra peregrinación sea un éxito con la ayuda de María Nuestra Madre. “La esperanza encuentra en la Madre de Dios su testimonio más alto… En los borrascosos acontecimientos de la vida, la Madre de Dios viene en nuestro auxilio, nos sostiene y nos invita a confiar y seguir esperando” (SNC 24)

Confiamos también con vuestra oración y nosotros, desde Roma, rezaremos por toda la diócesis.

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