Con alegría y esperanza celebramos el domingo, 22 de junio, el día del Corpus, de la presencia real de Jesús en la Eucaristía. Fiesta muy querida en la tradición cristiana porque la Eucaristía es el sacramento más importante para nuestra vida, en él recibimos al mismo Cristo que desde la Última Cena quiso quedarse entre nosotros en el pan y en el vino. La Eucaristía es presencia salvadora del mismo Cristo y alimento imprescindible para nuestra alma, porque recibimos al Hijo de Dios.
La oración de adoración tiene su fundamento en esta presencia real de Cristo, las procesiones que hoy recorrerán las calles de nuestra diócesis y la de todas las diócesis del mundo, son la mayor confesión pública de nuestra fe, de agradecimiento a Cristo por su redención y adoración por su presencia real en este sacramento.
Es día de esperanza porque celebramos el día de la caridad, alimentarnos de Cristo nos lanza a la caridad. La Eucaristía no es un acto privado, individual; es recibir al mismo Dios para sentirnos hermanos todos, parte activa de la comunidad parroquial y comprometidos con el Cristo presente en los débiles y necesitados, “lo que hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40). Así descubrimos en Cristo el único alimento que nos da fuerza para vivir la caridad. Como diría S. Juan Crisóstomo, “tenemos que unir el sacramento del altar con el sacramento del hermano necesitado”.
El lema que ilumina este día es, “Mientras haya personas, hay esperanza” Nos recuerda que estamos viviendo este Jubileo Universal, llamados a ser “peregrinos de esperanza”, nos sensibiliza para que descubramos en cada persona a un hijo querido de Dios, fuente de esperanza y a la vez destino de nuestra caridad. La esperanza mueve a la caridad y este día lo sentimos con más viveza. Con palabras de Francisco “imploro de manera apremiante esperanza para los millones de pobres que carecen con frecuencia de lo necesario para vivir” (Bula, 15) Ser peregrinos de esperanza es una llamada a recorrer el camino que nos acerca al hermano más necesitado. Siempre los pobres son el destino de nuestra peregrinación de creyentes y la Eucaristía es el alimento que nos da fuerza para acercarnos a ellos.
Día del Corpus, día de la caridad, día de Cáritas. Felicitamos a nuestras Cáritas Diocesana en este su día, agradecemos su trabajo por los más necesitados y les ofrecemos toda nuestra ayuda y apoyo, principalmente con nuestros donativos y nuestra colaboración voluntaria. Los voluntarios son muy importantes para la misión de Cáritas. Hoy nos proponen 5 gestos como compromiso de esperanza:
– Orar por los demás y con los demás.
– Escuchar con el corazón. No juzgar.
– Compartir nuestra experiencia de fe.
– Expresarnos con palabras positivas y constructivas.
– Participar en algún grupo para compartir la fe, la vida y el compromiso.
– Celebrar la vida y la resurrección con alegría.
Para terminar unas palabras de León XIV en su primer mensaje, “queremos ser una Iglesia que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca, especialmente de los que sufren”.
Nuestra Iglesia de Tarazona quiere vivir de esta manera, Cáritas nos guía en esta tarea.
