(Vaya por delante mi disculpa por las fuertes expresiones que aquí aparecen, transcritas del spot)

Tras unos minutos perpleja  tras el visionado de este video[1], reacciono ya y empiezo a escribir desde mi humilde experiencia en la acogida y  orientación de jóvenes a los que su sexualidad les está produciendo –en contra de lo que siempre se les promete- insatisfacción y más de un quebradero de cabeza. 

Y es que, paradójicamente, está más insatisfecha una persona adicta al sexo que una persona célibe. No se extrañe, ya que la espiral de la satisfacción de las pulsiones sexuales atrapa en sus redes a todo aquel que se asoma a curiosear… y no se retira. Y aquí entra el tema que nos trae a este artículo, la pornografía.

Antes de seguir, me llama poderosamente la atención el título de la campaña “Y tú, ¿cómo aprendiste a follar? Mi respuesta: disculpe, yo no… yo amo, me entrego y doy vida. El coito es la unión de los órganos genitales entre un hombre y una mujer. Esta escueta y austera definición tiene una doble e interesante vertiente, la primera por la que hablamos de transmisión de vida y amor y la segunda por la cual podemos convertir un coito en el uso del cuerpo de la otra persona para mi satisfacción, donde sólo me miro a mi mismo. Pulsión, instinto, rapidez, sequedad, brusquedad, vértigo, insatisfacción…follar, tal como indica el spot.

O por el contrario puede convertirse en uno de los actos más  tiernos y sublimes: el abrazo corporal entre un hombre y una mujer como demostración de esa donación de su vida al otro, y con el valor añadido de la posibilidad de una nueva vida como prolongación de ambos. Ternura, afecto, entrega, mirada, libertad, serenidad, vida… Precisamente este Señor de la vida quiere estar presente en este sobrecogedor momento, honrándonos con el mejor de los regalos: ¡un alma!

Ahora ya tenemos más claro que hay dos opciones en las que poder escoger, que las alternativas son mucho más enriquecedoras que las que ofrece el video. Respiremos más tranquilos.

“Es necesario que el porno cambie…” ¡Ahora mandamos nosotras” Si me lo permiten, discrepo! ¿O es que el problema entonces está únicamente en quién controla los hilos del porno? ¿Es que si ahora somos las mujeres las que decimos “cómo y por dónde” ya todo vale?

Que no, que no se trata de ver quién “lleva la batuta”, sino de ver quién es capaz de dignificar más al otro. De quién es capaz de hacer ver a los jóvenes que dentro de cada corazón humano se da una mezcla difícil de amor y de instinto, de ternura y deseo…y que depende de su opción pueden rápidamente verse sumidos en el fango y la insatisfacción, alejados de una relación cara a cara y sin que nadie les zarandee preguntándoles ¿acaso responde el porno a tu deseo de amar y ser amado?

Cierto es que el porno machista está produciendo algunos creencias como que la  mujer está siempre disponible o que la violencia es normal, pero si “solucionamos” estos agravios comparativos dejando a las mujeres diseñar el porno ¿no estaremos abocando a los hombres a análoga situación?

¿Es que si acaso el  porno machista cambiara esto iría a mejor? Porque no se trata sólo de dominio de ellos o de ellas sino de personas que deforman su  manera de ver al otro, que condicionan su forma de entender la sexualidad a lo que se ve en esas escenas, sin apenas sospechar la belleza de la misma, y que van “enganchándose” cada vez más buscando… qué se yo.

Sugiero humildemente eliminar la expresión “porno machista” y sustituirla por la de “porno que mata el amor, miente, arruina tu vida sexual, hiere a tu pareja o futura pareja, te deja solo, te sumerge en un mundo irreal, destroza familias, anima a la violencia, te convierte en mentiroso… seamos hombres o mujeres.

No es un juego, nos jugamos mucho. Tod@s, sin excepción.


[1] https://okdiario.com/espana/montero-lanza-campana-educacion-sexual-ninos-inspirada-spot-como-aprendiste-follar-5807499  Ministerio de Igualdad; Montero lanza una campaña de educación sexual para niños inspirada en el spot «¿Cómo aprendiste a follar?»