Atento lector, le comparto fraternalmente cómo esta firma me está resultando uno de los artículos más difíciles de escribir, pues ¿cómo mantener la necesaria calma para transmitir algo en  este Domingo de Gloria (¡)?

Si por mí fuera reconozco que me pondría a cantar a pleno pulmón – a Dios gracias, no podrían escuchar mi ronca voz –, en sintonía con la canción “Hemos creído, y ahora sabemos que Tú eres Cristo, el Hijo del Dios que vino;  hemos creído, y ahora sabemos que eres Hijo de Dios…”. Sí, hemos creído y ahora encontramos descanso en tu fidelidad…

Y me pondría a bailar y dar palmas como una chiquilla… pero ahora toca escribir y transmitir. ¿El qué? Que cuando nuestros ojos atónitos aún siguen fijos en ese madero – oh, dulce leño, que en tus brazos sostienes la Salvación – nuestra Redención se produce de nuevo, ayer, hoy y siempre.

Pero ahora está aquí, tan a nuestro alcance que nos deja sin aliento…

Por Su resurrección, uno puede seguir amando una vez más a pesar del dolor… ¿Cabe mayor victoria?

Por Su resurrección, nuestros cuerpos se tornarán más bellos que nunca pues están destinados a la Gloria… ¿No es este nuestro gran triunfo?

Por Su resurrección, se disipan las tinieblas del corazón… ¿Acaso no le ciega tanta luz?

Por Su resurrección, el Amor baja hasta los abismos para rescatarnos de nosotros mismos, la muerte perdió su poder… ¿Quién podrá superar este gozo?

Por Su resurrección, todos los inocentes que ahora sufren tendrán su recompensa… ¿No es esta la verdadera justicia que uno anhela?

Por su resurrección, se ilumina de sentido hasta el último resquicio de nuestro ser, en el umbral de algo que no acabará… ¡vida, Vida!

Atento lector, siento que esta firma  – en esta ocasión –  debe ser muy breve ya que las palabras no alcanzan ni de lejos a intuir esta bendición que se nos ha dado. Es más, creo sinceramente que mis palabras han de terminar ya porque interfieren en la contemplación y deleite de lo que significó hace un tiempo – significa, y significará –  una tumba vacía…

Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat.